“Por instrucciones del señor Presidente” se hará una investigación rigurosa de quiénes, por qué y cuándo se autorizó la construcción de unidades habitacionales y viviendas en humedales y zonas de alto riesgo en Acapulco.

 

Si hubiera que fechar el inicio de una serie de “permisos de construcción”, “autorizaciones” y “obra” en zonas de peligro ahí, podría ser al término del gobierno estatal de José Francisco Ruiz Massieu, en 1993, siendo presidente municipal de Acapulco Rogelio de la O Almazán, vinculado con el ex gobernador Rubén Figueroa.

 

Luego, alcaldes como Juan Salgado Tenorio (1996-1997) quien “tuvo que dejar su cargo por negligencia” por otra tragedia: el huracán Paulina del 9 de octubre de 1997; Manuel Añorve (1997 y varias veces alcalde de Acapulco en sus ires y venires políticos), Alberto López Rosas  (2002-2005), Félix Salgado Macedonio (2005-2008) o Zeferino Torreblanca: todos con responsabilidad política y administrativa: ¿Quién firmó esos permisos? ¿Por qué?

 

En la investigación que se hará “por instrucciones del señor Presidente” (frase célebre del actual gobierno), todos ellos habrán de pasar la prueba de la transparencia y la honorabilidad.

 

Y si esto va a ser parejo, entonces también se tendrá que investigar a las empresas constructoras que se beneficiaron con los permisos de construcción; en qué condiciones; bajo qué esquema de desarrollo urbano y cuál fue su utilidad financiera.

 

Empresas como GEO, HOMEX, ARA o el Grupo EVI, que también podrían tener vela en esos entierros y que, por lo mismo, ahora podrían tener responsabilidad y devolver el importe de las casas “de interés social”, construidas en terrenos mortales, con precios de 600 mil a un millón de pesos cada una.

 

Acapulco es uno de los lugares más dañados por las tormentas tropicales de septiembre pasado y, por lo mismo, se está a punto de otorgar dinero a raudales para su reconstrucción:

 

Apenas al inicio de la gestión del actual presidente Municipal de Acapulco (2012), el prominente empresario gasolinero Luis Walton, declaró en quiebra financiera al puerto de Acapulco, debido a que -dijo- heredó de su antecesor, Manuel Añorve Baños/Verónica Escobar Romo, una deuda de mil 571 millones de pesos, más un déficit a diciembre de 270 millones… El presupuesto asignado a Acapulco para 2013 fue de tres mil 767 millones de pesos. (Añorve rechazó el señalamiento).

 

El 28 de septiembre pasado, el Congreso de Guerrero autorizó una línea de crédito por 865 millones de pesos al Ejecutivo estatal para enfrentar la contingencia; luego, el titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo, anunció que Guerrero recibirá la mayor cantidad de los 525 millones de pesos que se distribuirán entre los 18 estados del país dañados por el desastre.

 

La Federación puso en marcha el Programa de Fortalecimiento para Micro, Pequeñas y Medianas Empresas afectadas por el huracán Manuel: se apoyará a los empresarios con un fondo de 100 millones de pesos a los negocios establecidos, dependiendo de la gravedad del caso y será a fondo perdido. Guajardo dijo que “es necesario restablecer la actividad económica en Guerrero”.

 

El 27 de septiembre, el gobierno estatal y el federal firmaron un convenio de apoyo al empleo, con un presupuesto de 12 millones de pesos, informó el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida.

 

La secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu, anunció la campaña “Acapulco está de pie”, un programa que tendrá un costo de 40 millones de pesos. Y anunció que a partir de lunes 30 de septiembre “se cubrirán las noches de hotel que dieron de manera “gratuita” a los 40 mil visitantes que quedaron varados en ese puerto”, fueron  15 millones de pesos.

 

El gobernador Ángel Aguirre dijo que hay 700 millones de pesos para comenzar la reconstrucción de los daños ocasionados por Manuel: “de ellos 500 provienen de la Federación y 200 millones de pesos del gobierno del estado de Guerrero”.

 

Y siendo el municipio más rico de la entidad, ¿en dónde están sus recursos propios para Protección Civil?

 

“Por instrucciones del señor Presidente” habrá que investigarlo, como habrá que estar atentos a todos esos recursos que pagamos todos nosotros y que, sin duda, serán bien usados en beneficio de los damnificados: no más.

 

Y al lado de esa lluvia de millones, está el debate de si se avisó o no se avisó de lo que se venía encima: la Secretaría de Gobernación afirma que advirtió a tiempo. Luis Walton, dice que, por su parte, sí se avisó a unas tres mil personas que estaban en zona de riesgo “pero no se quisieron salir”.

 

Y así, “el más triste recuerdo de Acapulco”.

 

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