Dos prácticas hicieron del PRI la “dictadura perfecta”: la cooptación de los ciudadanos inconformes y el dedazo. La primera se utilizada para encausar institucionalmente a los inconformes sin recurrir a la represión. La segunda era la estrategia de selección de candidatos que garantizaba la lealtad de los contendientes a sus cúpulas antes que a la sociedad. El PAN cayó en la tentación de recurrir a ambas.

 

El nombramiento como candidata por el blanquiazul de Isabel Miranda de Wallace consolida la “priización” de ese partido. Decían venir de la ciudadanía y trabajar para ella, pero no resistieron la tentación de las viejas estrategias que tanto combatieron. Su incapacidad para transformar al sistema político los llevó a ser iguales que sus antecesores.

 

Con la estrategia priista por excelencia, financiamiento, premios y reflectores, cooptaron a Wallace que fácilmente sucumbió. Paso de luchadora social a defensora civil del gobierno federal. Inició con la fortaleza de un león y terminó como el ratón de García Luna. Se volvió la voz civil que valida la lucha contra el narcotráfico, incluidos sus errores y atropellos. Su lealtad se retribuyó con una candidatura.

 

Wallace es una ciudadana más que, por ilusión o por equivocación, sucumbe ante el poder. Lo que sorprende es el sometimiento del PAN-DF. Hablan de seleccionar candidatos competitivos pero anulan a los que tienen dentro. ¿Creen que solo García Luna (vía la sra Wallace) compite con Mancera? ¿O que sólo una señora mayor puede contra Paredes? Porque si de ciudadanía se trata, el PAN-DF había construido cuadros que habían demostrado su compromiso con los electores. Son poco competitivos porque no los dejan crecer. Les incomodan las mentes independientes aunque prueben su liderazgo local. Luege, Cuevas o Sodi, con sus limitaciones, conocen mucho mejor a los capitalinos que la sra Wallace. A la diputada Limón casi la expulsan por no firmar la carta de inconstitucionalidad del matrimonio entre homosexuales, pero aceptan que la señora Isabel promueva el derecho a decidir.

 

Hablan los panistas de vínculo con los ciudadanos pero se someten al megadedazo presidencial. No es que falten líderes comprometidos con las causas ciudadanas, es que, al viejo estilo, se someten al presidente. No es que carezcan de cuadros, es que los anulan para no perder el control. El PAN, como el viejo PRI, no quiere candidatos independientes reales; quieren controlar las decisiones desde arriba porque les estorban los cuadros que responden a la sociedad antes que a sus cúpulas.

 

Tal vez la sra Wallace no entienda las implicaciones de su nombramiento y crea en el sistema de partidos. Tal vez no sabe de cambios estructurales, y piensa que puede gobernar resguardada por la secretaría de seguridad pública. Si es un acto de convicción o de conveniencia, eso sólo lo sabe su conciencia. Pero el partido que la nombra muestra su cara más vieja. Coopta al inconforme, usa su popularidad y se burla del malestar de una ciudadanía agraviada por la criminalidad.

 

La ciudadanía sólo pierde una activista que ya estaba lejos, y al PAN DF, a la vieja usanza, de un dedazo lo desmantelaron. Sin embargo esta de por medio la capital. Ojalá los capitalinos no se dejen llevar por este engaño cupular disfrazado de ciudadanía. Independientemente de la calidad de los contendientes de los otros partidos, veremos si el votante local compra la estrategia federal disfrazada de independiente o vota por un contendiente real comprometido con la ciudad.

 

@cullenaa

 

 

 

 

 

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