El rey y la reina de los libros en español, José Manuel Lara y Carmen Balcells, conversaron el pasado martes en las páginas del periódico La Vanguardia de Barcelona; el fuego cruzado entre el dueño del grupo Planeta con la agente editorial que parió, editorialmente hablando, a Vargas Llosa y García Márquez, deja una estela de lecciones importantes en el sector del libro. La primera de ellas es el cambio generacional. Del libro tangible al intangible; de los incentivos lúdicos a los desincentivos fiscales. De los políticos que insisten en darle el mismo trato al libro que a los refrescos por el simple hecho que ambos contienen azúcar, el primero para incrementar el sentido de la emoción imaginativa y, los refrescos para engordar y motivar a la diabetes.

Balcells y Lara se reparten 105 años de experiencia editorial; ella 60 y él 45. Sus enfrentamientos son conocidos. “Nos hemos enfadado porque como ella es tan auténtica y tan burra como yo, cuando discrepamos nos las decimos bien gordas pero, al día siguiente, tan amigos”, declara Lara antes de mostrar su repudio a la política del presidente Rajoy, al menos en su política fiscal, y en particular en el ámbito cultural. “Si el IVA digital no baja antes de verano, me llevo casadellibro.com a París”. Se refiere a la tasa de 21% que el gobierno de Rajoy le aplica a los libros electrónicos sin tomar en cuenta dos aspectos; en el endógeno España va retrasada en el desarrollo del mercado de libros digitales, mientras que, en el exógeno, la política comunitaria (de la Unión Europea), si bien no homologa las tasas fiscales, sí genera una propensión hacia ella debido a la competencia regional. En Luxemburgo, la tasa (tangible) de Amazon (intangible) es de apenas 2% sobre los libros digitales, 19 puntos como brecha entre los que compran en casadellibro.com respecto a los usuarios de Amazon.

 

Lara, sin lugar a duda, es un empresario político. Por una parte asegura que él se quedará a vivir en Barcelona pero poco le importará trasladar su sede digital a París debido a que Hollande, como manda la tradición francesa con la excepción cultural, protege al sector a través de incentivos fiscales. Entre los rasgos editoriales de Lara aparecen los políticos. Con el ascenso independentista en el gobierno catalán de Artur Mas, el dueño de Planeta amenazó de deslocalizar su sede catalana a Cuenca o a cualquier lugar español con tal de tomar distancia con la escisión.  En ese momento, es muy probable que el propio presidente Rajoy le haya hablado por teléfono a Lara para agradecerle por su expresión pública; sin embargo, unos meses después, Lara lleva a Rajoy contra las cuerdas en materia fiscal.

 

La participación del mercado del grupo Planeta es superior en Francia que en España (24% y 22%, respectivamente), Su negocio vale tres mil millones de euros.

 

Planeta, a diferencia de Anagrama, se ha olvidado de las letras que cultiva. Sus apuestas por Corín Tellado son ejemplo de su instinto de marketing. Así lo recuerda el propio Lara en voz de su padre: “No confundas nunca tu catálogo con tu biblioteca”. Jorge Herralde, se encuentra en la antípoda. Él diría que su catálogo es su biblioteca.

 

Los años 2011 y 2012 han sido terribles para el sector editorial español (12% en la caída de las ventas); sin embargo, en días como el pasado martes (San Jordi), en Cataluña se vendió 8% de las ventas de todo lo que mueven las librerías catalanas en un año: en euros, en un solo día, se vendieron 18 millones (306 millones de pesos).

 

Muy pronto, los organizadores del San Jordi en Cataluña, pero en particular en Barcelona, tendrán que pensar en la transición hacia la fiesta del libro virtual. Lo recalca Balcells en la entrevista: “Espero que (…) la tecnología haya avanzado tanto que me permita dirigirla desde el más allá”.

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