La época mundialista es también una temporada de fiebre por las televisiones con última tecnología. La cadena es perfecta: los fabricantes de estos aparatos se guardan sus mejores secretos para la temporada, las cadenas departamentales, de supermercados y en general quienes los venden, atraen andanadas de clientes con agresivos descuentos, y la emoción del telespectador es incontenible y sucumbe con facilidad ante la tentación de ver la justa que se produce solo cada cuatro años, de la mejor manera posible.

 

Una de las propuestas que llama la atención son los televisores curvos, no solamente por lo disruptivo de su diseño (llevamos muchos años que la tecnología ideal para mirar televisión es la pantalla plana, y ahora regresamos a los curvos solo que con la curva en el sentido contrario a aquellos viejos televisores con cinescopio), sino porque, a título personal, sin poca o casi nada de información sobre estos, en primera instancia no me resultan atractivos. Pero ante mi poco conocimiento sobre la materia, me lancé en busca de documentación que me permitiera entender su razón de ser, sin poder llegar a hacer una valoración real de si resultarán ser una tendencia que genere ganancias millonarias a sus fabricantes.

 

Las TV curvas UHD, cuentan con tecnología OLED (que en realidad no es nueva de los televisores curvos), que cuadruplican el número de puntos de resolución de una TV Full HD, y que pronto podrán ser de aún más resolución. Pero, repito, esto es algo que podría no ser propio de las TV curvas. Otro de los argumentos a favor apuntan en dirección a la experiencia envolvente que dan las TV o la llamada “capacidad de inmersión”. Sin embargo, si uno se sitúa perpendicularmente frente a la TV, justo al centro, encontrará que la sensación es la misma que se tiene al mirar una pantalla plana. Una menor distorsión de imagen (o mayor fidelidad), e inmunidad a la reflexión de la luz ambiental independientemente del ángulo con el que se miren, complementan los argumentos que se dan a favor de estos equipos.

 

Pero en contra están el que si no se miran desde el centro, y mientras más a un lado se esté, más incómoda se hace la visualización, la ocupación de un mayor espacio que la pantalla plana, y por el momento, su elevado precio, aunque esto no es precisamente una desventaja pues todas las tecnologías reducen su costo en la medida en la que su adopción se vuelve masiva.

 

¿Por qué apuestan empresas como Samsung y LG por las TV curvas cuando no hay un consenso generalizado de que se trata de una mejora con respecto a la oferta actual (hay muchos debates en internet al respecto)? Si miramos el historial de ambas empresas, coreanas las dos, sobre todo el de Samsung, sus últimos años han sido una carrera por ganar un lugar como innovador en el mercado. El concepto Smart TV, y su apuesta en telefonía celular a través de sus modelos Galaxy, le han dado la razón de que ese camino rinde frutos. No creo que al menos por el momento, estas empresas esperen un flujo masivo de capital por estos equipos, que los haga ser el gran negocio de la Copa Mundial de Brasil. Incluso me atrevo a pronosticar que su suerte podría ser más parecida a la de los televisores con capacidad para mirar 3D, que paulatinamente van desapareciendo del mercado sin haber logrado un éxito masivo, que la de los televisores planos de LCD o LED que inundaron el mismo. Pero eso sí, pondrán su marca otra vez al lado de un producto que da la sensación de ser algo de avanzada. Y eso sí le da mucho valor a una empresa.

VENTANA

 

Las TV curvas UHD, cuentan con tecnología OLED (que en realidad no es nueva de los televisores curvos), que cuadruplican el número de puntos de resolución de una TV Full HD, y que pronto podrán ser de aún más resolución

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