En la esquina de Pino Suárez y Venustiano Carranza iniciamos el caminar por entre los cientos y cientos de carpas y minicasas de campaña que se despliegan por el Zócalo entero hasta desparramarse, en el otro extremo de la Plaza de la Constitución, por la calle de 5 de Mayo.
Cordones aquí y allá dificultan el ingreso al laberinto a andar. No hay caminos trazados. Es cuestión de empezar a caminar y dar el paso por donde haya espacio en ese momento, bajo las miradas -unas veces hurañas, otras amables- de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Son las 12 del día. Buena parte de los mentores charlan a los lados de sus carpas, o leen las noticias (La Jornada y Proceso, particularmente) tirados en el piso, junto a botellones de agua, anafres y ropa tendida recién lavada.
Pero hay otros -y no son pocos- que ya andan bien movidos checando precios y horas de salida porque regresan a sus estados. Es ahí mismo, en medio de ese titipuchal de tienditas de campaña y carpas, que se encuentran los vendedores de los boletos de autobús: “Se compran allá a tu derecha, ya no tienes que ir a la Tapo”, nos explican.
Y sí, por ahí divisamos un cartelón que avisa: “Boletos Oaxaca para hoy: $250. Salida 21 hs”. Ahí ya no hay nadie. Los boletos están todos vendidos. Pero a unos pasos se ha formado una fila grande. Es de Sebastour. Con ellos hay salida este lunes a las nueve de la mañana. 300 pesos boleto.
Según calculan los propios maestros instalados en la plancha del Zócalo -la gran mayoría son oaxaqueños, aunque también los hay de Guerrero, Michoacán y Veracruz-, cerca de una tercera parte se irá de hoy a mañana (es decir, de ayer domingo a hoy, lunes). Pero esperan a otros 10 mil más para hoy. Y eso sin contar a los chiapanecos que vendrán para el jueves próximo, según han anunciado.
¿Qué tienen pensado hacer para mañana (hoy, lunes)?, le pregunto a una joven maestra oaxaqueña, de talante suave y amable. “Dependerá de cómo vaya el diálogo con los diputados”, nos responde. ¿Hasta cuándo piensan quedarse? “No hay fecha…, es indefinido”. ¿No es difícil quedarse aquí, así, sin saber qué va a pasar o cuándo podrán regresar? Sonríe y apunta: “Estamos acostumbrados a luchar”.
El ambiente que se vive en ese laberinto de carpas multicolores es afable. Nada que ver en esos momentos con sus gritos de lucha a la hora de marchar o de sitiar las Cámaras del Congreso. De no ser por los letreros adosados a algunas de las tiendas de campaña -refiriéndose a la reforma educativa-, bien podríamos decir que este Zócalo semejaba mucho al de Andrés Manuel López Obrador en 2006. Sí, a ese que incluyó, también, la toma del Paseo de Reforma.
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TODOS A TUMBAR LAS REFORMAS.- El primer letrero con que nos topamos en el mar de tiendas de campaña de los maestros era una cartulina blanca adosada a los muros del Palacio del Ayuntamiento que rezaba:
“Si Peña Nieto quiere un país de primer mundo, entonces exigimos la revisión de perfiles y una Evaluación anual para todos los trabajadores del Estado: administradores, jefes, Diputados, Senadores, Gobernadores y Presidente con pruebas estandarizadas”.
Más adentro, pegados en los hules, se alzaban carteles y más carteles con distintos pensamientos. Uno de ellos sostenía: “Aunque no creas… Somos maestros, conscientes de de que vivimos y sentimos las necesidades de nuestros alumnos, por eso estamos acá, luchando por los derechos de nuestros alumnos. Disculpa las molestias (D-I-2)”
Por allá, en un pedazo de caja de cartón, colgando con pinzas de distintos tendederos, se leía este otro llamado de la DI 115 Mixteca: “Unamos los reclamos y salgamos todos juntos por lo tuyo, por lo mío, por lo que tengo al lado, por nuestro país”.
Y muchos, muchos más, repetían: “Todos a tumbar las reformas educativa y energética. CNTE”.
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NI SE MIRARON.- Ni el cardenal Norberto Rivera se refirió al plantón de los maestros de la CNTE durante su homilía dominical -el arzobispo primado de México oró por los migrantes fallecidos en el descarrilamiento de “La Bestia” en Huimanguillo, Tabasco-, ni los profesores pusieron un pie en la catedral.
Eso sí, por aquello de las dudas, sólo se abrió una puerta de acceso al recinto religioso.
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GEMAS: Cartel pegado en 5 de mayo e Isabel la Católica: “Si al maestro hay que evaluar, por Peña hay que empezar”.