Como dice el clásico: y eso sólo es la punta del iceberg. Dicen que Napillo no halla qué hacer, y es que la realidad lo alcanzó y no hay vuelta atrás. La Junta Federal de Conciliación y Arbitraje emitió ya el laudo definitivo y deberá, sí o sí, devolver los mil millones de pesos —o lo que es lo mismo, los 55 millones de dólares— que les robó desde 2005 a miles de mineros de Cananea.
Hace unos meses, el mitómano de Napillo aseguró que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo había amparado y liberado del pago de los mil millones de pesos, pero sólo se trató de una de sus mentiras, la Corte lo amparó únicamente para dar tiempo a que se juntaran más expedientes de defraudados.
Por 18 largos años, logró corromper y comprar jueces, ministros, abogados, políticos, legisladores, representantes obreros y organizaciones internacionales para que se hicieran de la vista gorda sobre el robo más grotesco que ha existido en el sindicalismo mexicano.
El imitador de minero se justificaba diciendo que el único dueño de ese dinero era el sindicato de su propiedad. Negó habérselo robado, pero nunca pudo explicar cómo pasó de ser un cínico deudor a poseer una grosera riqueza. Es dueño de lujosas mansiones, colecciones de autos, múltiples empresas, obras de arte y muchas cuentas bancarias sobrecargadas de dinero en distintos paraísos fiscales.
La ejecutoria de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje ordenada por la Suprema Corte logrará que se le haga justicia a los compañeros. Decir que el Sindicato Minero Frente siempre apoyó a los defraudados y denunció el atraco durante casi dos décadas ante legisladores, presidentes, secretarios de Estado, medios de comunicación, en cualquier foro.
“La mentira puede conquistar el momento, pero nunca la historia.” Exactas las palabras de Winston Churchill para este caso. Y es que el también diputado de Morena no sólo carga fraudes y desvíos de recursos, sino que ha vivido de la mentira toda su vida.
Lleva 18 años lucrando y quitando, mes a mes, dinero a los mineros de su sindicato para sostener tres supuestas huelgas: la de Cananea, Sombrerete y Taxco que no sólo son inexistentes, sino que han sido el pretexto para amagar al Gobierno y exigir tanto beneficios personales, como legales, a la par inició una campaña contra las empresas que no ceden a sus extorsiones, acusándolas falsamente de falta de condiciones de seguridad en las minas.
Dichas huelgas sólo existen en la mente de Napillo. La mina de Cananea está operando al 100 por ciento; no hay huelguistas, sólo mantenidos del sindicato. En Taxco son 86 huelguistas, pero sin mina —ya que cerró por falta de mineral—, y en Sombrerete son menos de 60 los que decidieron vivir del mitómano ese.
Y sí, es la punta del iceberg, ya que también tendrán que investigar el saqueo a las cuentas del sindicato minero y la ilegal Toma de Nota que posee como secretario general. Se sabe que no es minero y que no cumple con los requisitos para ocupar el cargo; su único mérito fue ser el hijo del exdirigente.
Hay que estar atentos a los próximos días porque Napillo evitará a toda costa devolver el dinero. Podría estallar huelgas de manera ilegal, imponer una nueva cuota sindical al salario de sus agremiados para pagar el dinero o bien podría hasta huir del país.
Estamos en un momento clave, ya que le tocará a la presidenta Claudia Sheinbaum vigilar que se haga cumplir la ley y demostrar que nadie —ni siquiera los aliados de Morena— están por encima de esta.
@CarlosPavonC
