¿Alguna vez te has detenido a pensar cuál es tu misión en esta vida?
Encontrar nuestra misión o propósito de vida me parece que no es una tarea sencilla, nos podemos tardar una gran parte de nuestra vida en encontrar la respuesta a tan profunda pregunta. Sin embargo creo que nunca es tarde para tratar de encontrar aquello que nos hace feliz y para lo que naturalmente somos buenos, aquello en lo que fluimos y sentimos que somos parte integral de esa actividad fluyendo con el proceso mismo de realizarla. Dicen que al encontrar nuestro propósito en la vida hace que esta sea más sencilla de vivir, pues nos indica la dirección hacia la que es natural dirigirnos y en la cual podemos disfrutar intensamente el camino y la experiencia de vivir. Es como un fluir con lo que somos, desarrollando una actividad que nos hace vibrar satisfechos, una actividad que nos hace sentir plenos y llenos de energía; puedo pensar por ejemplo en los artistas plásticos, músicos, maestros, compositores, actores, deportistas, chefs, empresarios etc. que están contentos y satisfechos con lo que hacen, y dejan que se manifieste su misión a través de lo que entregan en la actividad que realizan, pues ponen el alma en ello y transmiten lo que sienten a los demás con el amor que le impregnan a su trabajo.
Creo que encontrar la misión de tu vida es acercarte a aquello que te hace feliz, que te permite entregar al otro todo lo que tu eres a través de la actividad que realices, no tiene que ser algo extraordinario, sino solo aquello que te conecte con tu ser interior y te permita ser tu auténticamente desde lo profundo, que te haga sentir que eso es lo tuyo, que para eso naciste, pues te transmites en esencia desde ahí al mundo y el mundo recibe tu energía de entrega. Es manifestarte tal cual eres en aquello que haces y que te absorbe de tal manera que cuando lo haces no te das cuenta que el tiempo pasa, disfrutando cada parte de aquello que realizas. Esto nos ayuda a darle sentido a nuestra vida y vivirla con amor e intensidad , disfrutando lo que hacemos proyectándonos hacia los demás desde este lugar de expresión sincera y natural de lo que somos.
Todas aquellas personas que han tenido la oportunidad de reconocer en ellas aquello que las hace sentir vivas y que les permite realizar esa actividad que se puede convertir en su misión de vida, son personas privilegiadas que se escucharon a si mismas y que le hicieron caso a aquello que les habló desde su interior o a través de una experiencia de vida que les ayudó a reconocerse, conectarse y darse cuenta de cual era su camino y lo siguieron, muchas veces a costa de opiniones o situaciones adversas que no apoyaban su decisión. Creo que lo importante aquí es abrirnos a nosotros mismos, escucharnos y dar los pasos adecuados para ser y hacer aquello que nos emociona y nos permite darle al otro algo auténtico de lo que somos en esencia, algo que va cargado de nuestra individualidad emocional, de nuestra energía y de lo que somos interiormente.