Dice el presidente de México, Enrique Peña Nieto, que no es una de sus prioridades. Eso de que el gobierno de Estados Unidos lo haya espiado desde junio de 2012 mientras era candidato a la Presidencia y luego presidente electo pues como que… bueno…
Y ya bajo presión pública, el 4 de septiembre dijo que “seguramente habría alguna oportunidad de pedirle explicaciones al presidente Barack Obama” en San Petersburgo, Rusia, durante la Reunión de los 20. Como fue. El 2 de septiembre, el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, suavemente, llamó al embajador de EU en México, Anthony Wayne, para expresar su “enérgico extrañamiento” y exigirle una investigación ante las versiones de que la Agencia Nacional de Seguridad de aquel país (NSA) espió al señor Enrique Peña Nieto.
No se trata de si es o no una prioridad del presidente Peña Nieto. El tema es que sí es una prioridad para México. Y no porque sea un caso de excepción. Sí por el uso de esa información.
Espiar entre países es usual. Se espían unos a otros: lo hacen para garantizar su seguridad nacional, para hacer guerras o para inmiscuirse en asuntos de política interna de los países espiados. Y cuando se hace público, los gobiernos emiten su inconformidad firme y a tono con la indignación ciudadana.
En Europa, en julio pasado, cuando Edward Snowden (el Phillip Agee de hoy) filtró información respecto de que EU había espiado a sus aliados europeos -era el programa de espionaje PRISM-, aquellos pegaron el grito en el cielo e, incluso, la canciller alemana, Angela Merkel, exigió el 15 de julio en Berlín que se establecieran leyes más duras en la Unión Europea para perseguir el espionaje en sus diferentes modalidades, sobre todo las que ya existen a través de internet… Y acusó directamente a Facebook de ignorar las leyes de otros países y de sus ciudadanos.
La noche del 1 de septiembre, cuando la cadena de televisión brasileña O’Globo transmitió la información del periódico inglés The Guardian en la que se decía que el gobierno de Barack Obama había espiado a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y al mexicano Enrique Peña Nieto, causó una gran indignación ahí.
De inmediato, la presidenta reunió a su gabinete, exigió explicaciones al embajador estadunidense en Brasil y llamó a Washington. No aquí. La lentitud. La laxitud. El “modito” tenue y hasta temeroso del gobierno, a través del canciller José Antonio Meade, contrastó con aquello y generó enojo social y suspicacias… El embajador Wayne dijo que sí… que, bueno… que luego iría a dar esas explicaciones… luego…
Si queremos que como país se nos respete en el ámbito mundial, como ha dicho Peña Nieto, debiera hacer que se nos respete.
Y este debiera ser un tema serio para el Presidente porque incluso esa noticia, junto con el tema de la inconformidad magisterial de la CNTE, robó toda atención a su informe presidencial. O, visto de otra manera, también pudo hacerle un favor… ¿Y el CISEN por qué no lo advirtió?... De hecho lo sabe.
Y debiera ser un tema de seguridad nacional porque EU viola el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas en su resolución 2625, de la que es parte también México y que está ahí para garantizar el respeto y la soberanía de cada país; y viola preceptos de Derecho Internacional también firmados por ambos para garantizar eso: la no intromisión y la no intervención: Es importante porque EU espía a los miembros del gabinete nacional, a los de seguridad -en particular- y a gobernadores, líderes políticos, periodistas y personajes destacados de la sociedad…
Antes de que los mexicanos conociéramos los nombres de los integrantes del gabinete de Peña Nieto, ellos ya sabían quién era quién y habrían de bloquear nombramientos si no le convenía a su seguridad nacional… ¿Y qué hay de los cientos de agentes encubiertos sin estatus diplomático que pululan por todo el país?
O quizá la tibieza se deba a que la NSA le informa al gobierno mexicano lo que ocurre en México, no sólo por ese intercambio de información que, según esto, tienen acordado para el control del narcotráfico sino de los asuntos políticos y sociales y de lo que hace su gente…
Que el espionaje por razones de seguridad nacional en EU esté permitido por su Congreso no lo hace legítimo en otros países… y por cierto ¿Qué hay del programa Echelon de espionaje vía satélite…?
