La inteligencia artificial (IA) atraviesa en América Latina un punto de consolidación. Ya no hablamos de laboratorios ni de programas pilotos: hablamos de adopción real. El State of AI Report 2025 lo confirma: el 99% de las startups y el 93% de los corporativos de la región ya utilizan IA en sus operaciones. El problema es que la mayoría lo hace de manera fragmentada, sin una estrategia integral. Es decir, la región ha entrado en la fase de ejecución, pero sin terminar de cruzar la frontera hacia la integración estructural.
En este panorama, México se perfila como motor regional. De acuerdo con el estudio Desbloqueando el Potencial de la IA en México 2025, más de 495 mil negocios comenzaron a usar IA en el último año. Se trata de ⅓ de las empresas del país, incluidas pymes –que representan el núcleo de la economía. Y el 37% de ellas ya emplea soluciones de IA en procesos operativos y en la relación con clientes.
Los resultados no son menores: el 83% de las empresas que han dado este paso reportan un aumento promedio de 16% en ganancias y 88% en productividad. No obstante, persiste una paradoja: aunque los beneficios son evidentes, en México la falta de infraestructura y la escasez de talento en la materia siguen siendo barreras que ponen en riesgo la consolidación de un ecosistema realmente competitivo.
De hecho, esto lo confirma el caso de Walmart, cuyo CEO se encuentra rediseñando su plantilla con almacenes automatizados, creación de nuevos perfiles como “constructores de agentes”, y expansión de técnicos y repartidores. Ford, por su parte, estima que la mitad de los trabajadores de cuello blanco en EU podrían ser reemplazados por IA. Mientras que OpenAI advierte que el impacto más fuerte lo podremos ver en los próximos 18 a 36 meses.
Sin duda, la ventana de preparación es muy limitada. Y si bien el empleo no desaparecerá, sí se transformará de manera radical. Lo que sucede en EU es sólo un anticipo de lo que ocurrirá en nuestro país, donde más del 60% del empleo formal se concentra en comercio y servicios –sectores donde la IA ya se está colando. Y mientras allá las grandes corporaciones diseñan planes de certificación y reconversión laboral, aquí seguimos en la fase de diagnósticos inconclusos.
Cabe señalar que Universidades de Indiana y Cataluña han mostrado que cerca del 33% de los empleos analizados pueden ser sustituidos por la IA. De ahí que las competencias blandas –como el pensamiento crítico, la adaptación o la interacción eficaz con sistemas inteligentes– sean hoy más valiosas que nunca; pues no basta con tecnología, sino con preparación y versatilidad.
Frente a estas circunstancias, debe quedarnos claro que el empleo no desaparecerá, pero sí cambiará de manera irreversible. ¿Habrá despidos? Sí, pero también es cierto que aún estamos a tiempo de prevenirlos mediante un plan estratégico de reconversión; pues de lo contrario, México no sólo arriesgará su competitividad, sino su estabilidad social y la seguridad de millones de familias que deberán adaptarse a los nuevos tiempos.
- Consultor y profesor universitario
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