Hace unos días leía un artículo del Dr. Chopra donde hablaba sobre la forma en que en general las personas vemos el éxito y las fallas del día a día, Chopra decía que normalmente asumimos las fallas como fracasos, como metas no logradas, como algo eminentemente negativo. Sin embargo desde su punto de vista y con el cual coincido, cuando no hemos tenido éxito en algo no tiene necesariamente que ser visto como fracaso, sino como una experiencia que era necesaria vivir de la cual seguramente aprenderemos, el Dr. Chopra recomienda que podemos sencillamente apreciar el resultado o el hecho desde un lugar de amor y compasión hacia nosotros mismos, donde estas experiencias no sean negativamente etiquetadas como errores, sino como parte de la experiencia necesaria para aprender y posteriormente lograr los objetivos que nos proponemos, tal vez nos tardemos un poco mas en obtenerlos, tal vez sea necesario buscar caminos diferentes para llegar a ellos; el chiste en todo esto es estar abierto a opciones distintas y elegir entre ellas el camino adecuado para lograrlo. Es importante considerar agregarle una dosis de gozo al proceso de la vida, para poder disfrutar del camino, para así irnos construyendo poco a poco como personas, más completas e integradas, abriendonos a opciones diferentes y aprendiendo cada vez más de esas experiencias que la vida nos ofrece.
Es un hecho que la vida actual está inmersa en constante presion y competencia y como dice Chopra en este mundo tan global todos competimos con todos y es por ello que pensamos que solo valemos si cubrimos las exigencias que el mundo impone, y solo somos reconocidos si cumplimos cabalmente con los roles que nos son exigidos e impuestos por una sociedad que abruma y que presiona intensamente al ser humano; sin embargo si nos alejamos un poco de este acelere de vida y volteamos un momento hacia dentro, poniendo atención a nuestras necesidades internas y conectamos con ellas, nos iremos alejando poco a poco de esas exigencias externas; transformándonos y creciendo en base a la auto-aceptación, sin considerar fracasos aquellos escaños que nos cuestan más trabajo subir y tal vez tengamos que volver a escalar o sencillamente cambiar de ruta. Si las fallas las consideramos más como parte de la experiencia de vida que como algo negativo, la presión y el estrés a los que estaremos sometidos serán infinitamente menores que si vivimos tratando de cumplir con el mundo de afuera y no con nosotros.
De esta forma podemos ir aprendiendo mucho mas de nosotros mismos, de lo que necesitamos realmente, observandonos sin juzgarnos para darnos cuenta donde nos atoramos, de esta forma será más fácil detectar aquello que tal vez sea necesario hacer diferente para que logremos eso que nos proponemos, y así sentirnos realmente plenos, conectados con nosotros mismos. Por este camino puede ser más sencillo que encontremos las lecciones que tiene la vida para nosotros de forma mas suave, amorosa y compasiva, para poder hacer así las transformaciones internas que necesitemos y así llegar más lejos de lo que tal vez hubiéramos pensado, sintiéndonos mejor con nosotros mismos y con el mundo.
