Ayer se dio a conocer una buena noticia económica previa al cambio de gobierno. La desaceleración de la economía no camina tan rápido como se había pensado y ahora es probable que ésta sea mucho más tersa de lo que los economistas se habían imaginado.
Los datos que ayer dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, sobre la balanza comercial de mercancías del país a octubre pasado revelan que las exportaciones no petroleras al décimo mes del año siguen siendo vigorosas, especialmente las que se dirigen al mercado estadunidense; e incluso las importaciones de bienes intermedios y de capital muestran un dinamismo que no es el de una economía que se desacelera rápidamente.
Durante octubre, las exportaciones no petroleras crecieron 16.3% y las manufactureras 16.8%, entre las que destacaron las manufactureras no automotrices que crecieron 19.3% y que representan 60% del total de las exportaciones que realiza México. Incluso los datos de octubre revirtieron el mal comportamiento que tuvieron las exportaciones mexicanas al mercado estadunidense durante septiembre, especialmente en el mercado automotriz que representa 22% del total de las exportaciones de México hacia Estados Unidos. Después del bache de septiembre, en octubre las exportaciones automotrices a Estados Unidos crecieron 16.8% compensando la caída de 8.1% en las exportaciones de automotores a otras regiones del mundo, especialmente a Brasil y Argentina, países con los que México enfrentó recientemente diferencias sobre su comercio automotriz.
Las cifras ajustadas por estacionalidad muestran un comportamiento similar con un incremento mensual de 1.46% en las exportaciones manufactureras y de 2% en las manufactureras no automotrices en octubre.
Estas cifras no pueden interpretarse de forma tal que se echen las campanas al vuelo. Sin embargo, dado el entorno global de desaceleración económica, de recesión en algunas economías europeas y de una elevada incertidumbre en el futuro de la economía estadunidense -que adquiere 78% de las ventas de mercancías de México al exterior- estos datos son alentadores frente a un escenario de fuerte caída en la economía al cuarto trimestre del año, como se había pronosticado.
Si las cifras a noviembre validan esta tendencia que se observó para octubre -lo que tiene sentido dado el fuerte impulso a las ventas en el penúltimo mes del año por las campañas de descuentos en los comercios de Estados Unidos y México- es probable que la economía mexicana sí ratifique el pronóstico de crecimiento en una tasa cercana a 4%. (Esta semana tendremos información al respecto al darse a conocer los resultados de los pedidos de bienes duraderos y la venta de casas nuevas al mes de octubre, así como los resultados del PIB al tercer trimestre en Estados Unidos).
Como dicen los analistas, “los astros parecen alinearse” en torno a la marcha macro de la economía mexicana, lo que aún deberá de ratificarse con las primeras señales que envíe el nuevo gobierno a partir del próximo sábado.
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