En un momento en el que todo apunta a que la Fed subirá sus tasas de interés de forma moderada en diciembre próximo, el Banco de México tiene de frente un reto muy importante.

 

De manera aislada, la economía mexicana registra una tasa de crecimiento estimada de 2.2 a 2.4% para este 2015. Hemos visto como la demanda interna ha empezado a crecer en forma más consistente. Sectores como el automotriz, comercial, restaurantes, vestido, vivienda y construcción, entre otros; presentan señales claras de que el consumo privado crece a ritmos interesantes, de la necesidad de que el gobierno federal tenga que reducir su gasto tanto corriente como productivo ante una fuerte caída en los ingresos petroleros y un entorno internacional complicado. Además, los proyectos en torno a la reforma energética han tenido que sufrir ajustes por parte del gobierno para que la inversión fluya después de ver una caída importante en los precios del petróleo.

 

En contraparte, la economía de Estados Unidos que mantiene un buen dinamismo y algunos datos ya conocidos de octubre reflejan que la desaceleración del tercer trimestre del año de 1.5% pudiera ser transitoria y terminar en mejor medida, lo que llevaría a la FED a iniciar el ciclo de alza moderado en su tasa de interés.

 

Ante todo esto vienen algunos puntos relevantes para el Banxico. Por un lado, las reservas internacionales se han ajustado de una manera importante. Se ubican alrededor de 175 mil millones de dólares y se han ajustado por cerca de 18 mil millones respecto al cierre de 2014.

 

Por otro lado, vemos que la tasa de referencia en 3.0% es positiva para el entorno de la economía interna, que ha contribuido al aumento en el financiamiento bancario.

 

Las fechas para las reuniones de diciembre, primero de la Fed y luego la del Banxico se aproximan.

 

¿Qué hará el Banxico?

 

¿Recomendará a la Comisión de Cambios extender el plazo de subastas diarias o que modifique y cambie las condiciones de las subastas activas hasta el momento (fecha de revisión máxima el 30 de noviembre de 2015)?

 

¿Si la FED aumenta en 25 puntos base su tasa de referencia en su reunión de diciembre, el Banxico lo hará en la misma proporción o bien buscaría incrementarla 50 puntos base y ser más agresivo a fin de cuidar bien los spread entre las tasas de interés de México y EU, pudiendo generar un cierto freno al dinamismo interno?

 

La posible respuesta a estas preguntas radicaría en el movimiento del peso vs al dólar, ya que por el lado de la inflación hasta ahora no hay alguna señal de “riesgo”. Si el peso vuelve a presionar sus niveles máximos históricos en la zona de 17.40 frente al dólar es probable que se tenga que ver más agresivo o bien si el peso pudiera volver a niveles bajos de 16.50 o menos quizá se vea más moderado. El nivel de la cotización del peso mexicano cercano a las fechas de las reuniones de ambos marcaría el probable sesgo en la decisión del Banxico.

 

En estos momentos se necesita de toda la experiencia que tanto Agustín Carstens como todo su equipo tienen dentro del ámbito económico para continuar con el dinamismo interno, la creación de empleos y cuidar las variables macroeconómicas que tanto han ayudado en momentos difíciles.

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