Fue como si le hubiera puesto un cuete a Emilio Gamboa. Al principio iba suavecito, respondiendo a las preguntas sobre la iniciativa de reforma política que acababan de dar a conocer los senadores del PAN y del PRD, pero luego… ¡tronó!
Primero le pidieron su opinión sobre la posibilidad de que desaparecieran los institutos electorales locales y se creara un Instituto Nacional de Elecciones (cosa que por cierto no plantea la iniciativa de los senadores).
Ahí, el coordinador de los senadores del PRI contestó con cierta mesura, pero dejando entrever un posible desacuerdo: “Me parece una decisión muy atrevida… Me parece muy aventurado decir que tenemos que desaparecer el IFE y hacer otro Instituto Nacional Electoral. Hay que verlo con mucho cuidado”.
Luego le mencionaron un punto que sí viene en la reforma que presentaron ayer a los medios Ernesto Cordero, Miguel Barbosa, Roberto Gil y Manuel Camacho: que el Senado tenga la facultad de sancionar a los órganos electorales locales cuando se vean cooptados por políticos gobernadores o partidos.
“¿Y eso quién lo va definir?”, reviró de inmediato Gamboa, para luego declarar que eso más bien le parecía “un juego de intereses” porque desde su punto de vista “hemos hecho un IFE muy serio, que ha venido trabajando en las últimas elecciones con plena autonomía” y un Trife (Tribunal Electoral) que da resultados “justos”.
Las cosas iban más o menos tranquilas hasta ahí. Pero en la siguiente pregunta -a propósito de si debía avanzarse hacia un régimen semiparlamentario, con menos facultades para el Presidente de la República y más facultades para el Congreso-, el priista agarró vapor.
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Y QUE SUELTA SU CATILINARIA.- De un “no estoy peleado con eso” (cambiar el régimen presidencialista que tenemos), Emilio Gamboa pasó a tirar la mesa: “¡Lo que ya no debemos seguir haciendo es órganos autónomos! Para todo hemos hecho órganos autónomos; ahora quieren el Coneval como un órgano autónomo. ¡Estoy contra todo!
Y se siguió: “Bueno, a la Procuraduría (General de la República) ya como órgano autónomo, la Comisión Nacional Anticorrupción, un órgano autónomo… ¡Cambiemos el régimen entonces!”
Pero tampoco iba por ahí lo que deseaba Gamboa. Reafirmó para concluir: “Hoy es un régimen presidencialista, hay que fortalecerlo con la división de poderes”.
Y hasta ahí la catilinaria. Y todo por querer tocar las facultades del Presidente de la República.
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EL JUEGO SE LLAMA “SOBREVIVENCIA”.- ¿Por qué el gobierno de Enrique Peña Nieto habría de aceptar los condicionamientos del PAN y del PRD para mantener en pie el Pacto por México? ¿Y por qué a su vez los dos partidos de oposición se mantienen en la mesa de negociación?
La respuesta nos la da uno de los integrantes del Consejo Rector del Pacto, y la contestación es la misma para ambos casos: “Porque el juego se llama sobrevivencia”.
Subraya un punto en particular: 46 de los puntos que integran el Pacto tienen que ver, o dependen, de la reforma financiera. Así que si ésta no se logra, el gobierno (sea cual sea su color) no tendrá forma de gobernar, dado que ya no hay margen para seguir como estamos.
De ahí que no extrañe la respuesta tan clara de Luis Videgaray cuando le preguntaron si se podían cumplir las condiciones que pusieron Gustavo Madero y Jesús Zambrano para seguir en el Pacto: “No tengo la menor duda”.
Ante ello, PAN y PRD dan prácticamente por hecho que en el periodo extraordinario de sesiones de agosto, la reforma política saldrá adelante. ¿En qué términos? Eso falta por ver. Lo que sí nos comentan es que la creación del Instituto Nacional Electoral es para Acción Nacional algo “irreductible”.
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GEMAS: Obsequio del presidente de la Cámara de Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, a propósito del condicionamiento del PAN y del PRD para abordar las reformas hacendaria y energética a discutir antes de la reforma política: “Cuando la necesidad tiene cara de hereje, los legisladores tenemos que legislar sin complejos”.