Es un hecho que a la mayoría de las personas nos cuesta lograr hacer cambios en la vida, aún aquellos que en momentos nos parecen necesarios e indispensables para vivir mas saludablemente, con mayor ligereza y libertad. Sin embargo las circunstancias que la vida misma nos impone, con sus mandatos de yo debo de… o yo tengo que… (que en su mayoría son introyectos o creencias que el medio o nuestros padres nos dictaron como orden) nos limitan muchas veces para actuar en la dirección adecuada para vivir con mayor congruencia con lo que realmente queremos para nosotros.
Todo cambio implica perder algo, es necesario pagar el costo que corresponde por hacer lo que realmente queremos hacer, al ir por aquello que nos da VIDA, es común que enfrentemos incertidumbre y miedo; y esto de inmediato nos conecta con un estado de estrés que tal vez no sabemos manejar y nos puede detener a dar los pasos y evolucionar, ya que en ocasiones preferimos mantenernos en la zona de seguridad haciendo lo mismo, lo que conocemos, lo que nos da “seguridad” y esto nos traerá una mayor frustración e insatisfacción si no nos movemos de ahí y asumimos el riesgo.
Para lograr hacer cambios es importante aceptar correr riesgos, como el sabio dicho afirma “el que no arriesga no gana” y es así de claro, tenemos que pagar el costo de correr el riesgo, y tal vez sea necesario hasta entrar en crisis para lograr lo que deseamos que viene pujando desde lo mas interno de nosotros, ya que si no lo hacemos, cuando ya estamos tan saturados y frustrados de vivir una situación que ya no nos gusta lo que puede suceder es que enfermemos ya que el cuerpo habla y se manifiesta de una u otra forma para hacernos saber que no estamos bien. Es por ello que es importante escucharnos y darle atención a esa vocecita interior que nos dice “ya no quiero mas esto” ó “ya no puedo soportar mas esto”, cuando esto sucede lo recomendable es hacer un espacio de auto-reflexión para ver hacia que dirección alternativa y nueva podemos tomar para nuestra vida y no quedarnos mas atorados en aquello que ya no nos hace sentir bien .
Estos pasos no siempre son fáciles y tardan en cuajar, pero cuando ya estamos listos los damos sin dudar tanto, solo confiando en que eso es lo mejor para nosotros y para nuestra vida. Según afirman los expertos en el tema del cambio, para lograr llevar los cambios a cabo es importante primero pensar lo que queremos, luego hacerlo o sea actuar para que después se convierta en un hecho en nosotros y forme parte de nuestro día a día; este proceso hay que hacerlo como ritual, repitiéndolo entre 21 y 30 veces para hacer un nuevo surco cerebral y forme parte ya de nuestra acción de vida.