Ante la necesidad del Gobierno federal para nadar contra la corriente global de la recesión, los empresarios que apuestan por la producción y comercialización de mariguana y los que buscan hacer efectivos sus permisos para establecer salas de apuestas o solicitar algunos más, han intensificado los cabildeos para ver si algo pescan... o cierran el negocio de su vida.

Los dos temas avanzaron en otras administraciones, pero pueden consolidarse o ampliarse en la llamada 4T.

En lo referente a los casinos, por ejemplo, actualmente hay 37 permisos para la operación de salas y juegos a lo largo del territorio nacional. Sólo que, ojo, no es tan simple; no se trata de que cada permiso autorice una sala, sino de que un permiso puede autorizar varias salas.

Por ejemplo, Grupo Caliente, el grupo que encabeza Jorge Hank Rhon, tiene un permiso para un número ilimitado de salas en Baja California. Actualmente, con esos 37 permisos se encuentran abiertas 379 salas.

Entre los argumentos de los llamados “casineros” para impulsar su sector se encuentra el hecho de que en los últimos años la industria ha pagado cuatro mil 700 millones de pesos en impuestos y aprovechamientos a nivel federal y otros mil 300 millones de pesos a nivel estatal y municipal.

Sin duda, un rubro del que se pueden tener ingresos extraordinarios que pueden, incluso, ser fundamentales en la construcción de infraestructura y en la generación de empleos, pues según cifras de la propia industria generan 200 mil empleos directos e indirectos.

Sólo que en esta reflexión queda relegado el tema del tejido social y la inseguridad. Rubros en los que se debe profundizar más y en el que se debe generar un proyecto y un marco legal acorde a la situación que vive en estos momentos el país.

De acuerdo a una resolución emitida en enero de 2016 por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ley y su reglamento están vigentes. Además, esa misma resolución avala a la Secretaría de Gobernación y a su Dirección General de Juegos y Sorteos como las autoridades legales y competentes a cargo de dicha industria.

Así que está en manos de la Segob, dependencia que encabeza Olga Sánchez Cordero, una parte importante del desenlace protagonizado por la industria de los juegos y sorteos.

#¿LoboEstásAhí?

Era 21 de enero de 2005, el último año de Andrés Manuel López Obrador al frente del Gobierno de la Ciudad de México. En algunos hospitales se hablaba de escasez de medicamentos. Me habían comentado que el Hospital Pediátrico de Legaria era uno de esos lugares. Ese día, con cámara en mano acudí y me senté a esperar, a ver si era cierto lo que comentaban. De pronto, por un pasillo, algunos médicos y enfermeras salieron con ollas de aluminio y cazuelas e improvisaron en la sala de espera un puesto de tacos. El dinero, según me explicaron, era para leche en polvo y algunos otros materiales, como jeringas. #ConLosNiñosNo

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