La delegación Cuauhtémoc, al ser el corazón de México, es uno de los órganos político-administrativos de mayor importancia por su papel fundamental en el desarrollo económico, político, social, histórico y cultural de la Ciudad de México y del país.

 

En lo político, la Cuauhtémoc es sede de los principales poderes federales y locales; en lo económico, aporta 25% del PIB de la capital y 4.6% del PIB nacional (es decir, 900 mil millones de pesos), lo que la convierte en la séptima economía de la nación.

 

Sin embargo, el presupuesto que históricamente se le ha venido asignando no corresponde, en términos proporcionales, equitativos, cualitativos y de justicia distributiva, a su importancia como motor económico, social, cultural y financiero de la Ciudad de México y del área metropolitana.

 

Adicionalmente, en el momento actual vivimos las secuelas de una tragedia. El sismo del 19 de septiembre pasado dejó una huella que será muy difícil de borrar en la mente y en la historia de la población de nuestra demarcación, que fue la más afectada aquella tarde.

 

La emergencia sigue latente: los trabajos de reconstrucción aún no inician; los afectados todavía no han recuperado sus viviendas, y los servicios para estas personas damnificadas aún son limitados, todo lo cual es más grave, si se considera que las delegaciones políticas fueron dejadas fuera de la posibilidad de acceder a los recursos del Fonden o el Fonaden.

 

Las delegaciones son la primera instancia de contacto con la ciudadanía, especialmente en emergencias como la que vivimos en estos momentos, por lo cual es imperativo que a la demarcación le sean destinados los recursos necesarios para poder responder a la población ante este desastre natural.

 

Otro de los grandes problemas que se padecen actualmente en la delegación Cuauhtémoc, y en otras demarcaciones, es el relativo al pago de laudos vencidos y juicios laborales que se llevan arrastrando hace años; en algunos casos, por más de cuatro administraciones.

 

Cabe mencionar que durante mi administración no hemos contado con laudos condenatorios que impliquen salarios caídos; sin embargo, la delegación que encabezo aún adeuda más de 44 millones de pesos, por obligaciones heredadas de gobiernos anteriores.

 

Todo esto lo he señalado en diversas ocasiones a las autoridades correspondientes, y he solicitado a las instancias pertinentes los recursos para poder cubrir tales adeudos a los trabajadores; sin embargo, no se ha asignado el presupuesto necesario para tal propósito.

 

Debido a ello, solicité a la Asamblea Legislativa de la Ciudad de México que se contemple para el Presupuesto 2018 la asignación de los recursos necesarios para cubrir estos pagos.

 

Por otro lado, el impacto, abandono y desgaste que la delegación Cuauhtémoc padece en su infraestructura y en la calidad de sus servicios es notorio, ya que cada día atiende a una población flotante de más de cinco millones de personas, cuando el presupuesto que se le asigna está cuantificado sólo para el total de sus habitantes, que son aproximadamente 600 mil personas.

 

Es decir, estamos brindando atención y servicios diarios a una población que supera 10 veces a la que habita en la demarcación, pero con recursos igualmente 10 veces menores de los necesarios. No obstante esas carencias presupuestarias, en esta administración delegacional continuamos trabajando para rescatar el Corazón de México.

 

De cara a la asignación del presupuesto correspondiente al ejercicio 2018, seguiremos administrando los recursos con ahorro, transparencia y honestidad, como hemos hecho hasta el momento.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *