MAZATLAN, Sin.- Fue, por donde se vea, la Conago de los perredistas.
Fueron actores de principio a fin.
Al principio porque sobre ellos concentraban la curiosidad sobre su posición ante la iniciativa de reforma energética presentada por el presidente Enrique Peña.
A continuación porque fueron conciliadores.
Y al final porque ellos pusieron la voz para definir la actitud de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) en torno a los temas centrales de la agenda: la reforma educativa con su molesta saga de explosión y movilizaciones magisteriales, la convocatoria a conciliar para llevar a la superficie social la riqueza petrolera del subsuelo, el reclamo de un federalismo activo a través de una reforma hacendaria profunda…
-¡Nada ni nadie por encima de la Constitución y de los intereses de México!-, leyó el morelense Graco Ramírez, voz disidente de la izquierda radical y partidario de nuevas reglas federales para alcanzar los hondos cambios de las promesas y de los discursos.
Si se va a cambiar de fondo, todos deben participar en el debate, había dicho el jalisciense Aristóteles Sandoval.
El tabasqueño Arturo Núñez, perredista como Graco, dio un paso en esa posición conciliatoria y habló de abordar todas las iniciativas con amplitud de criterio.
Talante distinto al del lunes pasado cuando, ante el Monumento a la Revolución, la misma izquierda juró no moverse un centímetro del planteamiento del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, a quien ha desempolvado para justificar su oposición definitiva a cualquier ajuste a la Constitución.
El veracruzano Javier Duarte cedió su turno al defeño Miguel Mancera, tercer orador perredista de la plenaria, y expresó otro aval: mando único en todos los estados, pero con agenda y reglas acordes con las necesidades regionales.
Distinto a la fracasada imposición de Felipe Calderón, pues.
NUEVA RELACIÓN FEDERACIÓN-GOBERNADORES
La 45 Reunión Ordinaria de la Conago esperaba asistencia total.
No la tuvo: el guerrerense Ángel Aguirre se disculpó ante los presidentes saliente y entrante de la Conferencia, Mario López Valdez y Rafael Moreno Valle, por urgencias de seguridad pública en su estado.
Prevista para desahogar el programa de trabajo en dos horas y media -de las 12 a las 14:30 horas del Pacífico-, desde temprano sufrió contratiempos.
Los gobernadores fueron informados de un retraso de hora y media del presidente Enrique Peña y se concentraron desde las 9:30 para, en privado, analizar la agenda legislativa, las marchas y los paros magisteriales, los problemas de seguridad pública y, llevado el tema por el mexiquense Eruviel Ávila, hasta la condena a la agresión de marinos en Polonia.
Así esperaron el arribo del primer mandatario.
-Fueron muchas horas encerrados. ¿Discutieron, pelearon?
-Para nada. Todo se abordó con mucha civilidad-, contestó el oaxaqueño Gabino Cué.
"Lo que sí hubo", dijo después el capitalino Miguel Mancera, "fue el inicio de una nueva relación. Ya no hubo apoyos incondicionales como el dado al Pacto por México hace seis meses, sino reflexión y compromisos de todas las partes".
El campechano Fernando Ortega la definió como una participación constructiva de todos los mandatarios estatales.
Puso como ejemplo a los panistas:
"Antes casi no participaban. Ahora están unidos y propositivos. Qué bueno por todos".
Y el clamor de todos es único: más recursos.
Gran parte de sus presupuestos se va a la educación y hasta Miguel Mancera, hoy al margen de esa carga en el Distrito Federal porque la maneja la federación, se dijo dispuesto a asumir responsabilidades con reglas nuevas; reglas pero equitativas.
DIÁLOGO Y COMPROMISOS DE LOS MIGUELES
Miguel Ángel Osorio Chong aprovechó su presencia en la Conago para prometer mayor acción del gobierno federal a fin de desactivar el conflicto magisterial.
En algún momento, en privado, dialogó con el capitalino Miguel Mancera y juntos decidirán cómo actuar con los contingentes llegados a la Ciudad de México para protestar indefinidamente contra la reforma educativa, la energética y cuanto se les ofrezca a los, hasta ayer, aproximadamente 25 mil maestros plantados en la Plaza de la Constitución.
El subsecretario de Gobierno, Luis Miranda, tiene trabajo extra.