El financiamiento a la educación básica -seguramente- está entre los pendientes urgentes del gobierno entrante. Todos los cálculos indican que bajo el arreglo actual entre Federación y estados, en tres o cuatro años más será prácticamente insostenible financiar la educación básica en el país.

 

La razón no se encuentra en los elevados presupuestos federales destinados a la educación básica. Lo preocupante es la velocidad con la que han crecido los pasivos financieros de los gobiernos estatales al asumir onerosos compromisos laborales con las diversas secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE, que lidera Elba Esther Gordillo.

 

Vayamos por partes:

 

1. De acuerdo a lo aprobado por el Congreso de la Unión a través del Presupuesto de Egresos de la Federación, el gobierno federal entrega cada año recursos a los gobiernos estatales para la educación básica a través del denominado Fondo de Aportaciones para la Educación Básica y Normal (FAEB). Para este 2012 los legisladores aprobaron 263 mil 265 millones de pesos cantidad que representó un incremento de 6% respecto a 2011.

 

2. La mayor parte de estos recursos que se entregan a las tesorerías de las entidades federativas se destinan a pagar los sueldos de los maestros. Un dato interesante que da a conocer la OCDE es que los salarios que se pagan a los maestros de educación primaria en México representan 1.39 veces el PIB per cápita, mientras que la media de los países de la OCDE es de 1.2 veces.

 

3. Como se puede advertir, la entrega de los recursos para la educación desde la Federación hacia las tesorerías estatales deja en manos de los gobernadores la relación con las diversas secciones sindicales del SNTE y es allí donde comienzan los problemas para las finanzas. El primer problema es la opacidad: Sabemos poco o nada del uso de estos recursos. De acuerdo al titular de la Auditoría Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, en la última década se realizaron 136 auditorías a los recursos que entrega el FAEB con observaciones por 54 mil millones de pesos que los gobiernos estatales no respondieron. Una quinta parte de esos recursos observados -casi 11 mil millones de pesos- tuvieron que ver con apoyos al SNTE y pagos de maestros en comisiones sindicales. Pero hay un asunto más. Por las prácticas observadas en años anteriores, se calcula que en este año poco más de 5% de los recursos que se entregarán vía el FAEB, es decir, unos 14 mil millones de pesos, serán utilizados por los gobiernos estatales como “caja chica”, sin mayor control ni, mucho menos, rendición de cuentas.

 

4. El segundo problema derivado de esta relación entre gobernadores y líderes del SNTE es el de las finanzas estatales. La opacidad basada en débiles balances políticos y de rendición de cuentas locales incentiva a los gobernadores a pactar beneficios adicionales con el SNTE -como aguinaldos de 90 días a los maestros- a cambio de apoyos políticos, hipotecando el futuro financiero de las entidades federativas. Esta partida, junto con las pensiones, se ha convertido en un verdadero foco rojo para las finanzas locales, lo que hace prever que, en poco tiempo, los gobiernos estatales se vean impedidos de cumplir con estos compromisos, por lo que es muy probable que buscarían algún tipo de “rescate” desde la Federación. Argumentos políticos no les faltarán.

 

samuel@arenapublica.com | @SamuelGarciaCOM | www.samuelgarcia.com

 

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