La situación en que Beatriz Paredes Rangel dejó el PRI del DF como presidenta nacional no fue la mejor. Tampoco sus sucesores Humberto Moreira ni Pedro Joaquín Coldwell ni ahora César Camacho Quiroz han podido enderezar las riendas del desempeño del partido en la ciudad de México.
Hasta ahora, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, conocido como el Rey de la Basura, es quien se ha impuesto a todo el priismo nacional. Llama la atención el papel de Paredes Rangel porque como candidata -por segunda vez- al gobierno local obtuvo los peores resultados. Al grado tal de que la candidata por su partido al Senado, Araceli García Rico, tuvo 800 mil votos más que la propia ex presidenta nacional del PRI.
Después de ese proceso dentro del partido hubo muchas críticas contra Paredes Rangel por “no haber hecho campaña como se debe”. Al final se le vio deprimida y cuando medio mundo la esperaba en el primer equipo de Enrique Peña Nieto se supo que la política tlaxcalteca optó por irse de embajadora a Brasil.
Paredes Rangel pudo haberse dedicado a cantar y componer canciones. Es buena interpretando y tocando guitarra. Tiene una voz gruesa que suele deleitar en las bohemias.
No es ninguna improvisada en esas artes: estudió en el Conservatorio Nacional de Música. La llevaron allí su pasión por la poesía y las letras, pero un buen día cambió el rumbo: a los 21 años era la diputada más poderosa de Tlaxcala, pues su fuerza e inteligencia la premiaron con la presidencia del Congreso.
Cinco años después fue diputada federal y presidenta de la Cámara de Diputados. Los viejos priístas le auguraron un exitoso futuro después de escuchar sus discursos y su manera tan particular de hablar sin estereotipos convencionales.
Le podían preguntar:
- ¿Cómo es Tlaxcala?
Y ella contestar:
-No me pregunten a mí cómo es Tlaxcala, pregúntenle al sol que cada mañana juega a vestirla de primavera. A las torres de su iglesia que peinan a las estrellas. Al artesano que en su sarape te platica sus leyendas. No me pregunten, no, porque estoy enferma de nostalgia por no volver a mi pequeña patria.
Los augurios no se equivocaron. Se convirtió en la segunda mujer en la historia de México en llegar a una gubernatura al cumplir los 34 años, la segunda de un total de solamente seis mujeres gobernadoras que ha tenido el país.
Se hizo de un liderazgo entre campesinos debido a que encabezó la Liga de las Comunidades Agrarias de Tlaxcala, donde nació el 18 de agosto de 1953. Y aunque no todo ha sido fácil sigue buscando triunfos.
Se ha topado con muro varias veces. Después de la derrota presidencial de su compañero Francisco Labastida Ochoa buscó la presidencia del PRI pero fue derrotada. Insistió en 2006 y venció.
Ha trabajado en el gobierno federal, ha sido embajadora de Cuba y más veces diputada. Buena parte de su trayectoria la ha hecho en la ciudad de México y ya en una ocasión, en 2006, buscó convertirse en jefa de Gobierno perdiendo ampliamente frente a Marcelo Ebrard.
Paredes cambió la música por la carrera de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Después se involucró en la Confederación Nacional Campesina (CNC) desde donde tejió relaciones de primer nivel.
"El gobernador de Tlaxcala, Emilio Sánchez Piedras, fue un hombre generoso conmigo que me respaldó, me ayudó a aprender, descubrió mi carácter y se dio cuenta de que era una persona que aprendía haciendo. Más que darme consejos me daba oportunidades. Me permitió acompañarlo en momentos importantes de su gobierno", ha contado Paredes.
Otra anécdota que cuenta la priista es que poco antes de ser gobernadora. Acababa la Legislatura de 1979-1982 y empezaba el proceso electoral en que el candidato era Miguel de la Madrid. Paredes fue designada a llevar la estrategia de la CNC en favor de quien se convertiría en presidente de México.
Tras el triunfo, De la Madrid la hizo subsecretaria de la Reforma Agraria y por esas fechas conoció a Griselda Álvarez, la primera gobernadora del país, quien le dio ánimos y le confesó que estaba viendo en ella a la segunda gobernadora. Paredes se lo creyó. Más adelante, el presidente De la Madrid quiso que ella volviera a ser diputada federal.
"Llamé al presidente De la Madrid, y le dije a su secretario: ´Quiero que le digas al Presidente que me siento en la obligación moral de decirle que si soy candidata a diputada federal voy a querer ser gobernadora.
Y va a ser muy difícil que no sea yo la candidata al gobierno del estado porque me voy a convertir en la figura más fuerte de Tlaxcala", confesó cierta tarde a la escritora Enriqueta Cabrera.
"Si él no quiere", agregó Beatriz en aquella llamada, "o si no es el momento de que una gente con mi perfil intente llegar a la gubernatura, que no me haga candidata a diputada. Porque si soy candidata a diputada vamos a tener un movimiento social tan fuerte detrás de mi candidatura que va a ser muy difícil pararlo".
Y así fue. Hizo campaña para diputada federal y de ahí a la gubernatura. "No estoy satisfecha con lo que hice, tengo una visión crítica de varias áreas, pero trabajé con entusiasmo y honradez. Mi equipo fue básicamente honrado, teníamos ideas, un proyecto, metas, las cumplimos. Fui una buena gobernadora a secas, pero años después hubiera sido una gran gobernadora. Me faltaba la experiencia que sólo adquieres con el tiempo", reveló.
Meses antes de que terminará el sexenio, Paredes Rangel renunció a la gubernatura, pues el finado Luis Donaldo Colosio, quien preparaba su candidatura a la Presidencia de México, le pidió que ocupara la secretaria del PRI, el segundo cargo más importante del partido, para organizar la sucesión de las nueva dirigencia nacional en el tricolor.
Después del proceso de elección interna que organizó, fue ratificada secretaria general y desde entonces no ha parado de trabajar, ha vuelto a ser diputada federal desde donde ha contestado informes presidenciales, senadora, subsecretaria de Gobernación y ha tenido cargos honoríficos en organizaciones internacionales.
Después de su última amarga experiencia como candidata, Paredes está en una embajada en uno de los países al que hay mucho que aprenderle. En lo que va del actual gobierno los únicos dos movimientos diplomáticos que ha habido son el de Paredes y el de Eduardo Medina Mora, representante de México ante Estados Unidos.
La representación ante la Casa Blanca no podía esperar por lo que representa la relación bilateral. En el movimiento ante Brasil había prisa. Primero por la Cruzada contra el Hambre de la Presidencia que se inspiró en el modelo del país sudamericano, donde el papel de Paredes para recopilar información fue determinante aunque a la hora de aplicarlo acá la administración de Peña Nieto lo hizo a su manera: hay municipios más pobres que otros que no recibirán ayuda, al menos por ahora. Algunos de los ayuntamientos beneficiados están en donde habrá elecciones.
El siguiente paso será empaparse de todo lo relacionado en materia energética, uno de los proyectos más importantes en el sexenio de Enrique Peña Nieto. No pudo con el Rey de la Basura, pero se empleará a fondo en conocer el modelo petrolero impulsado desde la administración de Lula da Silva, cuyas propuesta tendrá que ser debatida ante el Congreso.