Leo: “El juez Octavo de Distrito en materia administrativa en la Ciudad de México declara la inconstitucionalidad de los artículos 9, 60,61, 62 y 64 del Reglamento de Tránsito de la capital por las llamadas fotomultas, pues prevén la imposición de sanciones patrimoniales por infracciones de tránsito de manera automática por foto o video”.
Los autores del nuevo reglamento de tránsito de la Ciudad de México se basaron en las estadísticas y características de las muertes en accidentes viales.
Cuando se traspasan los pecados se culpa a las circunstancias, y ante el reglamento metropolitano escrito por otros, amnesia.
Que no se enreden las palabras ni los hechos.
Lo único rescatable del anuncio del nuevo Reglamento de Tránsito de la Ciudad de México fue eso: “el anuncio”.
Después aparecen indicios de una operación que por justificarlo parecen engañosos.
Para hacer efectivo un reglamento de tránsito en la Ciudad de México se necesita: autoridad, combate a la corrupción y educación vial.
¿Qué sigue ahora?
Mientras la maquinaria jurídica se mueve, los efectos ya se están dando.
Los autores del nuevo reglamento tienen la palabra.
Este nuevo capítulo apenas comienza.
Al jefe de Gobierno de la Ciudad de México, un simple consejo: la erudición al servicio de su liderazgo.
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