Desde que el empresario Carlos Slim puso un pie en el accionariado de la empresa holandesa de telecomunicaciones Royal KPN NV, conocida como KPN, al adquirir poco más del 29% de las acciones; la decisión se interpretó como que el dueño de América Móvil y de Telmex no tardaría en buscar el control de la empresa holandesa.
La conclusión era de fácil acceso. Desde hace algún tiempo los negocios de telecomunicaciones de Slim en América Latina comenzaron a encontrar sus límites para nuevas adquisiciones una vez que el magnate ya tenía fuerte presencia en prácticamente todos los mercados relevantes de la región, con excepción de la Venezuela de Hugo Chávez. Mientras que en México, el mercado en el que gestó su fortuna con grandes ventajas históricas, ni se diga. Por el contrario, las reformas recientemente aprobadas que acelerarán una mayor competencia en los mercados de telefonía móvil y de banda ancha, solo auguran mayores dificultades futuras para la supremacía de Telcel y Telmex.
Así que la vieja Europa es una apuesta natural de largo plazo para invertir los multimillonarios excedentes de capital que le generan sus rentables negocios en los aún inmaduros mercados de América Latina. Una especie de capricho del capitalismo de mercado que tradicionalmente había establecido que los grandes capitales se originaban en el viejo mundo aventurándose a buscar altas rentabilidades entre los emergentes.
Pero el reloj de Slim funciona a contracorriente, sobre todo en épocas de crisis. Compró participaciones accionarias en la holandesa KPN y en la austriaca Telekom Austria, abriéndole las puertas para observar de cerca las oportunidades de los maduros y fraccionados mercados de la Europa continental. Sabía que sus inversiones en el viejo continente no serían asuntos de ganancias de corto plazo en una coyuntura de depresión económica, pero era la oportunidad ideal para ganar, a precios reducidos, importantes segmentos de mercados que si bien enfrentan una fuerte competencia y una dura regulación, también son generadores de altas tecnologías, de eficiencias y de sinergias para sus negocios en América Latina.
La reciente oferta de Carlos Slim de adquirir el 70.23% restante de las acciones de KPN por unos 7,200 millones de euros camina en ese sentido. Una decisión que se aceleró ante la oferta que hizo su rival, la española Telefónica, para comprar E-Plus que es la filial mas preciada de la holandesa en el robusto mercado alemán y que Telefónica valoró en 8,100 millones de euros. Y es que sin el aporte de E-Plus, el valor de la holandesa KPN para Slim se deprecia y le tomará mucho más tiempo recuperar su inversión original. Así que es probable que Slim vaya con todo para asumir el control de KPN –aunque no adquiera necesariamente el 100% de las acciones, pero sí el control- para retardar y frustrar la venta de E-Plus a Telefónica.
Esta operación es estratégica para Carlos Slim y Telefónica lo sabe. Por eso si la intención de la española con su oferta fue encarecer la incursión definitiva de Slim en Europa a través de KPN, podría lograrlo.
La moneda aún está en el aire.
SÍGALE LA PISTA…
- SERÁ HOY.- El jueves le adelantamos que INEGI daría a conocer en breve un reporte completo sobre la productividad total de los factores de la economía. Pues bien, el organismo que preside Eduardo Sojo lo hará hoy. En este reporte se presentará una nueva forma de medir la productividad no solo laboral, sino también del capital, de las materias primas, de la energía y de los servicios. México será el primer país de América Latina en hacerlo.
- REFORMA.- Después de todo lo que se ha dicho, lo importante a leer en la propuesta de reforma energética que presentará Peña Nieto serán los términos legales de los cambios constitucionales y de sus alcances en las leyes reglamentarias, con un PRI que busca un punto medio entre la propuesta del PAN y del PRD.