Evaluar el impacto de las elecciones en la economía es una tarea compleja. De hecho, los expertos en la materia tienden a ser prudentes al realizar pronósticos debido a la multitud de variables implicadas en el análisis. Sin embargo, es indudable que estos cambios no sólo influyen en las operaciones gubernamentales, sino también en la manera en que las empresas conducen sus actividades.

Por lo que en un momento crucial para México, la agencia calificadora Moody 's ha hecho un llamado claro al nuevo gobierno para que presente señales definitivas sobre la dirección económica del país. Tras conocerse los resultados de las elecciones, se espera que la administración entrante defina una estrategia clara para el manejo de las finanzas públicas, crucial para revertir el deterioro de las cuentas públicas.

En ese sentido, Moody 's subraya la importancia de que el nuevo gobierno adopte medidas que mantengan el déficit fiscal en niveles controlados, entre el 2% y el 3% del PIB, como uno de los factores clave para mejorar la perspectiva crediticia. Sin embargo, este escenario no debe interpretarse simplemente como un desafío, sino como una oportunidad para que México fortalezca su rumbo hacia adelante.

A pesar de los retos que enfrentará la próxima administración, también habrá oportunidades significativas, como el fenómeno del nearshoring. Este proceso, que implica la reubicación de empresas más cerca de sus mercados principales, podría generar importantes beneficios económicos para el país, atrayendo inversión extranjera directa y creando nuevos empleos.

No cabe duda de que, a pesar de los problemas heredados, México sigue siendo la segunda economía más fuerte de Latinoamerica, cuestión que aún genera expectativas positivas en los mercados internacionales, pues a pesar de la reciente caída de nuestra moneda, el país continúa atrayendo inversión extranjera directa y mantiene una economía robusta en simbiosis con otras economías.

Este equilibrio entre los compromisos internacionales y el fortalecimiento interno es y será esencial para el crecimiento sostenible del país. No obstante, aunque estos escenarios cambiantes pueden generar cierta incertidumbre en los mercados, las expectativas de Moody 's para el nuevo gobierno representan una oportunidad para que México redefina su estrategia financiera y continúe su camino hacia un desarrollo más equitativo y sostenible.

En tales circunstancias, el impacto de las elecciones en la economía mexicana será un proceso intrincado y multifacético. Si bien la victoria del oficialismo trae consigo expectativas de cambios profundos, también llega con desafíos significativos en términos de gestión fiscal y confianza del mercado. En ese sentido, la clave estará en cómo la nueva administración maneje estos factores para asegurar un crecimiento económico sostenible y una estabilidad financiera que beneficie a todos los mexicanos.

 

Consultor y profesor universitario

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