La presidenta francesa, Ségolène Royal, permaneció en el interior del automóvil oficial hasta el arribo de la top model Eva Mendes. El clima invernal que cubría al museo Louvre era similar al de los spots que realizaba la maniquí para Calvin Klein.
El presidente de Apple recibió a la máxima autoridad política del país galo, pero los flashes iluminaban no a la presidenta, sino a la top model justo cuando detuvo su automóvil sobre rue Rivoli. Los jeans Calvin Klein se encargaron de redefinir el erotismo de un conjunto de piernas perfectas bajo el nombre de Eva Mendes. La semiótica del deseo ya se había democratizado años atrás. El mundo entero donaba sus ojos a la capital transcultural del globo, Eva Mendes en el Louvre. Es París y el amor convulsionado por los artefactos de Apple. Se trata del lanzamiento del iPad 6: “La revolución en el arte contemporáneo descarga orgasmos como nunca los habías sentido”. Así definió el presidente de Apple, Jonathan Ive, durante un pequeño discurso con tintes existencialistas.
La inquietud por la aglomeración ya no tiene sentido.
De los cuerpos fundidos (Mendes-iPad 6) nace tu mundo.
El arte contemporáneo en tiempo real.
La descarga de orgasmos está por iniciar.
El orgasmo monopolizado por Apple.
Los asistentes al Louvre estallaron de emoción después de haber escuchado el poema de marketing a cargo de Ive. “Agradezco a Eva Mendes su transferencia vital que le otorga al iPad 6; más vivo que nunca”.
“También agradezco a Ségolène Royal su pazguata presencia porque poco o nada contribuirá a este magno evento. Gracias pues, a los espectadores de YouTube que nos siguen desde todas partes del mundo. ¡Comenzamos!”
A continuación Eva Mendes se encargaría de protagonizar un performance cuyo concepto nada abstracto fue el de la seducción orgasmal de una pantalla frente a las piernas revestidas por la marca. Por primera ocasión, Apple y Calvin Klein lograban un acuerdo laboral donde las descargas de iTunes de las piernas de Eva Mendes, con orgasmo incluido, serían gratuitas. El artista Damien Hirst se encargó de escribir el guion del evento. La remembranza por el pop art detonaba la nostalgia por los nombres de marca como Hockney, Andy Warhol, Lichtenstein y Valero Adami. Muy lejos se encontraba la Bienal de Venecia (1964); muy cerca la de Brasil, cuyo objeto principal fue el vacío. Ahora, la de París, fue adquirida por Apple para lanzar al mercado su nuevo juguete.
El happening o performance se montó en la sala Richelieu. Entre tiburones ahogados en formol y esqueletos penetrados por diamantes, Eva Mendes simula el famoso video prohibido Secret Obsession en el que la top manifiesta movimientos eróticos hiper hollywoodizados sobre una cama. El mensaje es la búsqueda de un cuerpo estetizado y no necesariamente humano pero obligatoriamente marca Apple. Los confines de la obra de arte se vuelven más inciertos: se puede crear arte sin obra.
Damien Hirst le agregó el toque de estafa al evento cuando, de manera honesta, comentó al público expectante, que para culminar, Mendes reinterpretaría la obra “iPad 6 sujetador” creado por Charlotte Moorman en la década de los setenta. Que lo mejor, continuó Hirst, era que los ciberespectadores de YouTube cambiaran de canal al YouPorn porque, de acuerdo a los manifiestos deontológicos del museo Louvre, las escenas que protagonizaría Mendes obligaban a hacerlo. Gracias a la potencia del internet 10G, los donantes de ojos lograron acompañar, sensiblemente hablando, al recorrido de Mendes y las pantallas del iPad6. Si Moorman erotizó a la chelista “TV sujetador”; la adaptación de Hirst para Mendes simplemente colocó las pantallas sobre los senos de la modelo. El museo gritó.
Las escenas fueros tuiteadas por los presentes. Entre algunos tuits sobresalieron los siguientes:
-Gracias Apple por mejorar las presentaciones que hacía Steve Jobs.
-Mona Lisa llora frente a Eva Mendes.
-¿Para qué fue Ségolène Royal? ¿Para hacer grilla? ¿Buscará la relección por tercera ocasión?
-Ya era hora. Felicidades a Apple por cambiar el concepto al espantoso museo Louvre.
-Quiero mi iPad6 y las piernas de Eva Mendes.
Aviso importante, pequeña interrupción. Prometemos regresar para emitir el desenlace de tan importante evento.
El arte no manifiesta, simula, porque la demanda del observador es ésa condición. La escencia se encuentra impregnada en el ornamento y no en su naturaleza de concepción, o si se prefiere, el cliente siempre tiene la razón. Los ojos mirones se encuentran programados y estandarizados por lo zafio. Hoy, es artista el financiero como es el pintor; el comediante como es el músico; el animador de radio como es el escritor; el futbolista como es el dramaturgo. Todos somos artistas gracias a la magia de la polisemia.
Aquella frase de “lo hizo por amor al arte” convirtió al pordiosero de ideas en artista contemporáneo”. Si Guggenheim forma parte del mainstream, por qué razón el Louvre debe de resistirse.
A los museos, al igual que los éxitos musicales, se les somete a un riguroso examen para medir su grado de mainstream. Ejemplo de ello es el informe del Comité Regional de Turismo de París Île de France al otorgar las puntuaciones más elevadas al Louvre, al D’Orsay, la Tate Modern, el British Museum, entre otros. Como se de guía Michelin se tratara.
La oclocracia, el gobierno de la masa, la lleva bien con el mundo virtual. La página web del Louvre tiene un guía animado; un personaje de cómic se encarga de rejuvenecer el lenguaje pesado de los museos.
El arte moderno, al ser oclocrático, se fabrica en las enormes fábricas chinas. Por ejemplo, no es desmesurado entrar a una de ellas y leer el siguiente aviso:
-Línea 1 de producción: tenis Nike.
-Línea 2 de producción: camisetas de la selección de futbol egipcia mara Adidas.
-Línea 3 de producción: tiburones de Damien Hirst.
……
-Línea 890 de producción: bolsas Louis Vuitton modelo Evora MM.
A continuación, regresamos a París, al Louvre.
La figura de Eva Mendes fue la primera imagen que la pantalla del iPad 6 emitió desde las manos del presidente de Apple, Jonathan Ive. El juego de las entelequias sincronizadas en las piernas de Mendes funcionó a nivel global. iTunes es una maravilla. Años atrás nadie pensó que la naturaleza podría ser domada por Apple: el orgasmo a través de clics.
Las mediciones del rating inmediático comenzaron a subir a las piernas de Eva Mendes al tercer lugar en la historia, después de los eventos que conmovieron a la sociedad global: el ataque a las Torres Gemelas de Nueva York y la muerte del Papa Juan Pablo II. Mendes desbancó con facilidad a las finales del Superbowl, Champions y finales de Mundiales de la FIFA.
El holograma de Mendes se introdujo en el tálamo cerebral simiesco de los habitantes del mundo entero con el objetivo de conjugar las posiciones más eróticas con cada uno de los compradores del iPad 6.
De París al mundo. Del Louvre con amor al mundo de las descargas. El preámbulo del sexo con Mendes se convirtió en un espacio publicitario (obligatorio y creado por las mentes brillantes de Apple y Calvin Klein) cuya receta decía lo siguiente:
iPad 6
- Seis colores híper brillosos.
- Seis posturas distintas.
- Seis veces más pixeles.
- Seis cámaras fotográficas que multiplican por seis los tipos de hologramas.
- Seis sistemas operativos de transmisión de voz.
- Seis segundos de orgasmos industrializados y descargados gracias a Calvin Klein con el cuerpo de Eva Medes.
Los filósofos del espectáculo que recorrían las salas del museo de manera sorprendente, se reformulaban la pregunta sobre el origen del placer.