Parecía una cifra al aire, parecía mera fanfarronería para ganar apoyos, parecía la forma más sencilla de justificar el lucrativo sueldo al que se hace acreedor el comisionado de la NFL (más de 30 millones de dólares al año).

 

En todo caso, Roger Goodell sabía perfectamente de lo que estaba hablando y los mecanismos para conseguirlo: 25 mil millones de dólares de ingreso anual a partir del año 2027 ofrecido en pleno 2010, cuando la NFL no se embolsaba más que ocho mil millones; es decir, un incremento de mil millones cada 12 meses o, lo que es lo mismo, 83 millones de dólares más al mes, 2.7 millones más al día, 115 mil dólares más por hora, hasta llegar a la meta.

 

Cinco años después, la NFL ya ingresaba 13 mil 300 millones (datos de Forbes, febrero de 2016), con lo que el camino más ambicioso en la historia del deporte, con lo que esa quimera con tintes de loca exageración, con lo que esa promesa de Goodell hoy luce perfectamente viable.

 

Luego viene otro tema: los aficionados. Que la NFL se lleve para la próxima temporada hasta cuatro partidos a Londres y otro más al Estadio Azteca; es maravilloso tanto para la creciente afición europea como para el muy consolidado nicho mexicano. Sin embargo, también implica que muchos de quienes disponen de ocho escasos juegos al año para ver en vivo a su equipo perderán una de esas oportunidades: Jacksonville, con un promedio de 92% de ocupación de su estadio; Miami, que suele vender todas sus localidades; Cleveland y Los Ángeles, que están en 89% de asistencia; los Raiders, que venden por ahí de 87% de su aforo.

 

Por supuesto, tanto en Wembley como en Twickenham en Inglaterra, así como en el Azteca no sólo caben muchos más seguidores, sino que la venta de artículos oficiales es significativamente mayor. Eso sin olvidar lo que representa en atracción de patrocinios, en venta de derechos televisivos para más países y en consolidación de otros mercados. Pese a ello, quizá llegará un punto en que los fanáticos locales de Jaguares, Delfines, Browns, Rams o Raiders se sientan despojados o ajenos a su pasión, resignados a ver a su casco por televisión desde Beijing o Tokio y en horarios distintos.

 

Por poner un paralelo: puedo imaginar a la masa social del Barcelona o Arsenal indignada si le quitaran uno de sus encuentros oficiales del año; y eso que entre todos los torneos disponen de más de 30 cotejos en casa por temporada.

 

Goodell es un genio de las finanzas deportivas, acaso sólo equiparable al patrón de la Fórmula 1, Bernie Ecclestone. Muy pronto, la NFL posibilitará una especie de realidad virtual y la tecnología permitirá mayores ganancias. Muy pronto también, si le conviene, lanzará una franquicia en la capital británica o incluso en México, que es justo para lo que está labrando el terreno.

 

¿Que la NFL será diferente? Sí, pero, siendo sinceros, qué no lo es.

 

Twitter/albertolati

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