La violencia ha marcado ya las elecciones que se realizarán el próximo domingo en 14 estados del país. Asesinatos de candidatos, secuestros, atentados y amenazas para inhibir la participación electoral han sido parte de lo que se ha registrado en varios de los procesos locales donde la impunidad vuelve a ser el signo con el que grupos violentos, tanto del crimen organizado como de la política, han actuado para intentar manipular, coaccionar o inhibir el voto de los ciudadanos en diversas comunidades.
El saldo rojo de estos comicios cuenta ya siete candidatos o aspirantes asesinados a balazos y con signos de tortura; al menos tres familiares o acompañantes de los políticos (choferes, esposos, sobrinos) también muertos en esos atentados. Camionetas incendiadas, domicilios baleados, emboscadas de las que milagrosamente han sobrevivido han sido también hechos de violencia registrados y documentados contra candidatos de todos los partidos; lo mismo del PAN, PRD y PT, que abanderados del PRI han sido víctimas de esta violencia.
Las autoridades federales atribuyen los asesinatos y atentados al crimen organizado, que busca presionar de esa manera para intimidar a candidatos de algunos partidos y favorecer a otros. Sin embargo, no se sabe cuántos de los casos tendrían que ver también con violencia de tipo político, es decir proveniente de grupos o cacicazgos locales que históricamente han recurrido a la violencia, o si en el peor de los escenarios se trata de una mezcla de actos de violencia cometidos por criminales y políticos que se han aliado para orientar el sentido del voto.
En todo caso, mientras las autoridades apenas trabajan en el diagnóstico, la mayor parte de estos hechos y crímenes van quedando impunes y no hay hasta ahora detenidos ni responsables -en algunos casos ni siquiera investigaciones- lo que representa un aliciente para que los grupos violentos, sean de origen político o criminal o ambos, sigan actuando a placer y puedan hacerlo incluso el día de las votaciones.
El fenómeno es tan grave que estas elecciones locales pueden ya considerarse como las más violentas en la historia democrática reciente del país, donde la violencia no sólo ha sido física y criminal, sino también en el tono del lenguaje y las estrategias sucias de campaña que han proliferado en estos comicios. El crimen organizado ya no se conformó en esta ocasión con poner candidatos en determinadas regiones o municipios, financiando a sus partidos, sino que decidió utilizar el terror como condicionante del voto.
La violencia política en México, inaugurada en la época reciente por los turbios crímenes de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu en 1994, continuada con los asesinatos de 34 alcaldes durante los últimos cuatro años, y exacerbada con el crimen contra el candidato a gobernador del PRI por Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú, son el precedente de la ola de violencia electoral que se ha vivido en estos meses y tiene un denominador común: la impunidad y la incapacidad de las autoridades para detener y castigar a los criminales.
Así que, desde aquel fatídico 1994, cuando el entonces subprocurador Mario Ruiz Massieu soltó la frase: “Los demonios andan sueltos y han triunfado”, el dicho del que a la postre sería víctima de sus propios demonios, parece vigente en este México de julio de 2013. Tal vez con otra cara y otros signos partidistas y otros intereses, pero esos mismos demonios que desataron la violencia política en el país, siguen sueltos y tal vez vuelvan a triunfar en los comicios del domingo.
NOTAS INDISCRETAS…En el escándalo de funcionarios del Gobierno de Jalisco que cobran sueldos de hasta 80 mil pesos mensuales sin que su responsabilidad lo justifique, hay un caso que llamó la atención: el de la conductora de TV Andrea Isabel Angulo, a quien le crearon en marzo un puesto en el organismo de Agua potable y alcantarillado (SIAPA) por el que la guapa muchacha cobra 72 mil pesos mensuales ¿Tendrá que ver tanta generosidad con las versiones que la ligan sentimentalmente con el gobernador Aristóteles Sandoval? Es pregunta… Los dados mandan Doble Escalera. Tiro perfecto.