Los doctores Miguel Messmacher y Pablo Kuri, subsecretario de Ingresos de Hacienda y de Prevención y Promoción de la Salud, respectivamente, miembros del club de “los amanuenses”, unieron sus plumas para escribir un artículo donde afirman que el gravamen a las bebidas saborizadas ha sido un exitazo.
Explican: La reforma hacendaria incluyó un impuesto (IEPS) sobre dichas bebidas con endulzantes calóricos, cuyo objetivo era inducir un menor consumo por parte de las familias mexicanas y que éstas fueran sustituidas por productos sin efectos adversos sobre la salud. La evidencia muestra que el impuesto ha tenido un impacto en la dirección en que se esperaba.
Documentan: De acuerdo con información del INEGI, las ventas de bebidas saborizadas (refrescos, principalmente) tuvieron una reducción anual de 3.8% en 2014, cuando en los tres años previos habían crecido en promedio de 3.4%. Las ventas de agua embotellada experimentaron un repunte de 10.7% en 2014, más del doble del crecimiento de 4.7% en los tres años anteriores.
Al respecto, agregan los doctores, se ha criticado al impuesto por ser poco efectivo, ya que la disminución en el consumo de calorías parece limitada cuando se compara con el consumo total de calorías de una persona. Esa crítica es incorrecta, dicen, ya que el objetivo del impuesto nunca fue que las personas dejaran de consumir alimentos en su totalidad, sino reducir el problema de obesidad. La evidencia implica que el impuesto causó una reducción en la ingesta por persona de 16 calorías al día en promedio. La diferencia en el consumo de calorías entre una persona con masa corporal adecuada y una con sobrepeso es de alrededor de 240 calorías por día, por lo que la disminución en el consumo de calorías por el impuesto representa 7% de esta diferencia.
Al puro estilo del Piojo Herrera, los doctores Messmacher y Kuri pretenden convertir los nulos resultados del IEPS en materia de salud en algo grande, cuasi espectacular. Pero les faltó algo: cifras de cuánto de lo recaudado por dicho gravamen se ha destinado para mejorar la infraestructura hospitalaria, las escuelas; tampoco mencionaron cuántos bebederos de agua se han instalado en estas últimas.
Si hubieran sido objetivos, deberían haber dicho que el IEPS a los refrescos ha sido un exitazo en materia de recaudación: En el primer año de aplicación, el fisco captó 11 mil millones de pesos; en este año va por los 18 mil y el próximo podría dejarles 28 mil millones de pesos.
¡Ay, doctores, ay, doctores!
AGENDA PREVIA
En la segunda fase de la Ronda Uno, donde se licitaron cinco áreas contractuales de extracción de hidrocarburos en aguas someras del Golfo de México, la empresa italiana Eni International ganó con una propuesta de 83.75% de participación del Estado en la utilidad operativa, más del doble del mínimo establecido por el gobierno (del 34.8%).
El área contractual dos fue adjudicada a un consorcio encabezado por la compañía argentina Pan American Energy, que ofreció 70% de participación del Estado en la utilidad operativa (el mínimo exigido era de 35.9 %).
A la estadunidense Fieldwood Energy, en asociación con Petrobal, de Alberto Bailleres, le adjudicaron el área contractual 4, al ofrecer 74% de participación estatal contra 33.7%, que era el mínimo fijado.
Como se observa, los ganadores ofrecieron bastantito por las áreas contractuales licitadas, por lo que hay que cruzar los dedos para que cumplan, pues los escépticos consideran que nos pueden “dejar colgados de la brocha”.
Obviamente, el doctor Miguel Messmacher estaba feliz por el marcador. No fue un exitazo, pero el tres a dos es bueno para el gobierno. Claro que los resultados no los vamos a ver a corto plazo sino hasta el próximo sexenio. ¡Póngale el año que quiera! Bueno, siempre y cuando no llegue un populista de derecha o izquierda y quiera meter reversa a la reforma energética, advierten los escépticos. ¿Se refieren a Trump o al tabasqueño?, preguntan los bisoños. ¡Pues a los dos!