#SololosGaysleVanaPumas, #EsdeJudios, #Sifueraperuano, #MasImbécilQueUnArgentino, #ApestasaIndigena, #esdepobres… son sólo algunos de los hashtags o etiquetas de temas tendencia en Twitter, que durante su vida (cada vez en mayor frecuencia), han circulado por la popular red social, y para los que cada vez se alzan más voces de protesta dentro de la misma por llevar implícito un fuerte contenido discriminatorio. Cito al admirable maestro Alejandro Pisanty, el cineasta y creativo Dany Saadia, o a diferentes personas de la familia Krauze (Enrique, y su hijo León, por ejemplo), entre las muy bien amuebladas mentes a quien tengo el placer de seguir en la misma red, y de quienes recuerdo algún comentario en rechazo a tal comportamiento.

 

La primera justificación que mucha gente que hace uso del servicio tiene (lo he conversado con más de alguna persona que mira el comportamiento en la red de una forma más “relajada”), es la de sugerir no tomarse las cosas en serio; sin ser puristas, en parte tienen razón, pues Twitter, además de ser una buena herramienta de información en tiempo real, entre otras cosas, es también un foro donde la creatividad escrita fluye a niveles inimaginables que hacen que quienes usamos esa red social podamos reír con frecuencia a diestra y siniestra.

 

Creo que si bien internet es en esencia, un espacio que permite ese flujo de creatividad como ningún otro, y en donde todos, absolutamente todos, podemos participar de una conversación con cualquier persona, se necesitan ciertos límites. Reír a costa de ofender mediante uno de los lamentablemente deportes favoritos de la sociedad mexicana, la discriminación, no me parece aceptable para un país que aspire a mejores niveles de prosperidad. Sin igualdad, diversidad, y tolerancia, simplemente no hay manera de convertirnos en una mejor nación. Sumarse a estos hashtags, aunque sea, de “broma”, no debería aceptarse. Bien por los mencionados y quienes han expresado su rechazo a este tipo de “creatividad”.

 

En el otro lado de la creatividad, tenemos lo que recientemente aconteció durante el Super Bowl XLVII, donde Baltimore derrotó a San Francisco.

 

Quienes estuvieron pendientes del evento recordarán que tras la actuación de medio tiempo se dio un hecho inédito en la historia del Super Bowl, al verse afectado el sistema de iluminación de la mitad del estadio durante varios minutos.

 

Haciendo uso de la mencionada creatividad que abunda en las redes sociales, la marca de galletas Oreo, escribió un tuit fantástico, y en el momento indicado: “You can still dunk in the dark”, cuya traducción más o menos diría “Aún puedes mojarla en la oscuridad”, mostrando una de sus galletas con un fondo gris difuminándose en un color negro. Oportuna, certera, creativa, y muy eficiente comunicación que de inmediato generó diversas reacciones entre los millones de usuarios que durante ese momento hablaban del evento en la mencionada red social.

 

Otra de las empresas que aprovechó perfecto el momento fue Audi, al hacer burla a uno de sus principales competidores, Mercedes Benz, mediante un mensaje menor a 140 caracteres: “Sending some LEDs to the @MBUSA Superdome right now…”, o, “Estamos enviando algunas luces de LED (haciendo referencia a la tecnología de iluminación de la marca alemana), al Mercedes Benz Superdome (nombre del estadio), justo ahora…”.

 

Dos extremos del uso de la creatividad, distintos en su fondo, pero igualmente impactantes. Los límites de la libertad creativa no deberían estar en la creatividad misma, sino en ese fondo que da vida a las diferentes expresiones.

 

@jorgetaboada

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