África puede ser Saturno o Urano, cerca de Plutón; parque temático donde los safaris son híper increíbles, aunque por las noches el miedo se incuba en los sueños por el acecho de los felinos; lugares en los que aparecen simpáticos personajes con simpáticas gorritas ataviados con simpáticos uniformes que incluyen simpáticos pantalones cortos. Gracias a la globalocalización, en Puebla, tenemos nuestro safari videovigilado; a las fieras se les trata como gatos falderos: se les alimenta con Whiskas, se les habla de usted y sus colmillos son de cartón industrializado en Guanajuato. Total, la emoción es lo que cuenta.
Las agencias de viajes consideran que el siguiente estreno en cartelera para los honeymooners será África. Habrá que esperar a que se agoten las rutas actuales: Siem reap (Camboya), Kuala Lumpur (Malasia) o Bali (Indonesia). Recordemos que en los regímenes oclocráticos (gobiernos de las masas), una de las garantías individuales es la Aspiración. (En México quien mejor lo ha entendido es Ana María Olabuenaga, traductora primigenia de Gilles Lipovetsky, a través de Soy Totalmente Palacio.) En su momento, Michel Houellebecq molestó a los orquestadores de las lunas de miel al incluir en su novela Plataforma un acto terrorista en Bali. Se adelantó unos meses a la realidad, y desde aquel momento, las asociaciones de hoteles de lujo asiáticas le cierran las puertas de sus respectivas habitaciones al escritor francés. ¿Luna de miel en Mali? ¡Qué horror! Nos diría un consultor especializado en el tema.
En México, poco sabemos de Guatemala; para muchos, es todo un orgullo que los Zetas se hayan convertido en producto de exportación. ¿Qué idioma hablan en Belmopan, Belice? Si Ronald McDonald’s será recordado como el embajador de la paz global, debido a que, como un personaje sapiente cuatro estrellas dijo: “Donde usted se encuentre un McDonald’s, nunca habrá guerra”, África será recordado como el continente de los exámenes de primaria. Si usted sale de primaria, nunca más volverá a saber algo de África con excepción de las imágenes en las que aparecen niños famélicos.
Los noticieros de la televisión, el gran comedero del conocimiento mexicano, acuden a África para rellenar tragedias; a Sudáfrica la descubrieron gracias a la FIFA en 2010, y a la Primavera Árabe la relacionan por las altas temperaturas que derriten la calma de los turistas. Los ratings del Canal 11 demostraron que, cuando los tertulianos de Primer Plano abordan temas de política internacional, los números disminuyen súbitamente. No es difícil imaginar, que cuando en lugar de hablar de Europa o de Estados Unidos, lo hacen sobre África (supuesto distópico de supuestos utópicos) los números son negativos (el rating negativo en México ocurre cuando Televisa y TV Azteca interrumpen su respectiva programación para enlazar con los perros asesinos o con la carta evangélica de Aguayo y Sicilia a los directivos de Harvard).
Semántica sexy
En días pasados, las palabras “bombardeo” y “Francia” fueron conjugadas por los estrategas de chismes de Televisa y TV Azteca para rellenar los espacios posteriores a las 23 horas. Sin embargo, se percataron que el objeto bombardeado resultó de compleja identificación: objeto híbrido de tres tristes tribus: islamistas tuareg de Ansar Dine (vertiente radical), los yihadistas de Mujao y y el Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA). ¿Qué rayos es cada una de las tres tribus? ¿Vertiente radical de los tuareg de Ansar Dine? Acostumbrados a conjugar la palabra “Francia” con Vuitton, champaña y lujo, decidieron bajar la noticia.
Pasaron las horas y desde Argelia llegó la noticia de que el séptimo comando yihadista autodenominado Los Firmadores con Sangre ejecutaron un operativo en las instalaciones operadas por empresas energéticas de Noruega, Reino Unido y Argelia para responder a éste país la captura de salafistas, y a Francia, por el bombardeo que detonó en la región central de Mali para frenar a la triada compleja.
Concatenar el mandato de Hollande (en Mali) con el de Mokhtar Belmokhtar, alias, Khaled Aboul Abbas (en Argelia), les resultó a las televisoras un tanto sospechoso, aunque más esclarecedor de lo que había sucedido tres días antes con el bombardeo francés.
Cuando los operadores chismosos de los noticieros de la televisión mexicana supieron que los rehenes eran occidentales (a los argelinos, al parecer, los terminaron liberando) se activaron las alarmas: sí hay posibilidad de rating, sí hay posibilidad de rating, si hay posibilidad de rating… Lo que fue comprobado cuando el ejército argelino ingresó a las instalaciones para intentar rescatar a los rehenes. La fórmula no falla, muertos y un buen storytelling bien contado atrae a los instintos que nacen en la región miasmática donde se ubican los tumores benévolos llamados morbo.
Gadafi, segunda parte
En su mayoría los medios mexicanos concluyeron el capítulo Gadafi con su muerte transmitida a través de smartphones y en tiempo real. Las lapidaciones agregan, después de lo sucedido en Tláhuac, 10 puntos de teleaudiencia a las tarifas publicitarias de los noticieros estelares. Si hubieran seguido a los tuareg (la tribu nómada que pide su autodeterminación, lo mismo en Mali que en Libia, en Níger y en Burkina Faso) que defendieron a Gadafi, comprenderían que las armas que les fueron otorgadas en Libia se las llevaron a Mali para avanzar en su aventura hacia el sur del país, particularmente después del golpe de Estado que sufrió el gobierno del presidente Amadeu Toumari Touré en marzo del año pasado. Un mes antes de las elecciones presidenciales, el general Amadou Sanego trató de calmar a los miembros del ejército que le reclamaron airadamente la falta de equipo para luchar en contra los tuareg, sin embargo, no logró convencerlos. El golpe en contra de Touré ya se había consumado y un gobierno golpista se estableció.
Los tuareg avanzaban para conquistar “el territorio de nadie” pero se encontraron con los guerrilleros de Ansar Dine, una organización vinculada financiera e ideológicamente con Al Qaeda. El grupúsculo terrorista impidió el avance de los tuareg y, algo más, impuso a la población la sharia, la ley islámica. Decenas de miles de malienses salieron aterrorizados por los objetivos de los radicales islámicos.
Bajo el síndrome de Estocolmo, en diciembre pasado, el gobierno golpista estableció una alianza con los guerrilleros de Ansar Dine, todo, claro, por el bien del país.
Cuando las sillas comenzaron a quedar vacías en la cartografía de la Primavera Árabe, los grupúsculos de Al Qaeda comenzaron a saborearse la apropiación de esos espacios. En Argelia, el presidente Abdelaziz Buteflika fue puesto en la mira de Al Qaeda; su reacción en contra de los apetitos ha sido implacable. Su ejército se dedicó a atacar ramificaciones de Al Qaeda.
El primer disparo del ejército francés en la zona centro de Mali, detonó el plan de “Los que firman con sangre” para vengarse tanto de Francia como de Argelia.
Lo que sigue, lo contarán con detalle las televisoras mexicanas. De Mali a Argelia hay muertos en el camino. Por lo pronto, no nos sorprenda que a Mali lo ubiquen como un nuevo resort destinado para las parejas románticas que desean celebrar sus Lunas de Miel en paraísos asiáticos.
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