Del terror y la violencia del narcotráfico que ha azotado a buena parte del país en los últimos años, pasamos ahora a presenciar la anarquía como la nueva forma de imponer el miedo y exigir la solución de demandas sociales o presuntamente académicas. Sin dejar de estar presentes los narcos con sus armas de alto poder imponiendo su ley en estados y comunidades enteras, ahora aparecen los anarcos con palos, piedras y pasamontañas, lo mismo en grupos de maestros, normalistas o estudiantes que toman instalaciones y edificios, incendian y destruyen inmuebles, bloquean carreteras y vialidades urbanas, todo en la total impunidad.
Conectando a estos dos Méxicos, el narco y el anarco, aparece un común denominador: un Estado incapaz y en algunos casos ausente, que renuncia al monopolio de la fuerza y acepta que otros grupos desafíen su autoridad y alteren el orden público y la tranquilidad de los ciudadanos que, a veces aterrorizados por los narcos y en otras indignados con los anarcos, no logra entender por qué sus gobernantes, de todos los niveles, no actúan y dejan que la violencia criminal y ahora también la violencia social campeen como algo natural en el país.
Casi una semana cumplirá la Rectoría de la UNAM tomada, mientras ayer maestros de la CETEG en Chilpancingo se dedicaban a destruir edificios de los partidos políticos a placer y en Michoacán de nuevo normalistas inconformes tomaban las calles y hasta se daban el lujo de intimidar a la policía. Eso sin contar la efímera toma de ocho horas que sufrió la Rectoría de la UAM Iztapalapa por jóvenes que ni siquiera eran estudiantes de esa universidad y que terminaron por entregar las instalaciones, tras solidarizarse con los estudiantes del CCH que encabezan el secuestro a la torre de Rectoría de la UNAM.
Todos esos actos de anarquía que se suceden simultáneamente ya no parecen ni casuales ni producto sólo de la legítima inconformidad de grupos sociales que reivindiquen demandas. Si hay una acción concertada para desestabilizar a estados y a instituciones del país, sería obligación del gobierno poner a funcionar a sus sistemas de inteligencia -esos que se dicen tan eficientes- e informar a los mexicanos si hay algo, alguien o algunos interesados en provocar inestabilidad a través de grupos sociales y de jóvenes anarquistas con fines políticos o de cualquier tipo. Si no hay información ni tampoco actúan para imponer la ley y el orden, seguirá creciendo la anarquía en el país.
NOTAS INDISCRETAS…A más tardar en 15 días Pemex dará a conocer la conclusión final de las causas de la explosión del pasado 31 en el edificio B de su complejo administrativo. Aunque ya en el primer informe la PGR estableció que la acumulación de gas metano fue la causa del estallido donde murieron 37 personas y más de 80 resultaron heridas, faltó determinar en ese primer peritaje cuál fue el origen de ese gas que generó tal nivel de daño que por momentos se pensó en otras causas de este accidente. Entre las posible fuentes del gas metano se tuvieron al final cinco hipótesis de las cuales sólo quedan dos: o el gas se acumuló en un viejo ducto que antiguamente transportó aceites y que quedó abandonado y sellado debajo del edificio B o el metano pudo acumularse en el drenaje de las instalaciones y provocar el estallido. Esas son las dos hipótesis finales que analizan los peritos de Pemex y la PGR y una de las dos será informada en dos semanas para cerrar ya el tema de las causas de esta tragedia de la cual aún hay heridos y familias que no se recuperan del todo… Mientras su jefa está en plena crisis por la presiones de la oposición en su contra, al subsecretario de Desarrollo Social, Ernesto Nemer, se le vio ayer de lo más relajado y tranquilo en un restaurante de Polanco donde se pasó un buen rato haciendo sobremesa de lo más contento. ¿No será que como algunos mal pensados dicen, Nemer es uno de los que esperan el desgaste de Rosario Robles porque está listo para asumir la titularidad de Sedesol? Después de todo, es uno de los hombres de confianza del presidente Peña Nieto y desde que llegó a ese cargo muchos lo vieron como el “plan B” del Presidente para la dependencia que maneja los generosos programas sociales. Quizá por eso no le preocupa mucho la crisis de su secretaria… Suenan los dados. Cierran semana con Escalera.