La 4T está diseñada a partir de un modelo propagandístico de comunicación. Es un hecho que Andrés Manuel López Obrador estará presente ante su feligresía y el resto de la opinión pública hasta el último día de su mandato, que a decir de la Constitución deberá ocurrir en menos de dos años.
Sin embargo, el adelanto de la sucesión presidencial, que el propio Presidente inició con su juego de las corcholatas, empezará a dominar el ambiente político y abrirá espacios en el monopolio de la comunicación desde Palacio Nacional.
Estamos en un claro proceso de campañas anticipadas que evidentemente se saltan cualquier disposición legal en materia de la justa competencia electoral. Pero eso no importa cuando ha quedado en evidencia que el texto legal es totalmente opcional para el régimen.
El banderazo de salida que le dieron a Claudia Sheinbaum para confirmar su posicionamiento como la corcholata favorita del Presidente no tuvo ningún pudor desde esta misma semana.
Con el pretexto de la presentación del Cuarto Informe de Gobierno como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, hay un derroche descomunal que rebasa los límites de la rendición de cuentas de quien gobierna la capital para alcanzar un nivel nacional, propio de un evidente y flagrante posicionamiento electoral.
Fue octubre y no septiembre porque el noveno mes del año suele tener una cargada agenda de movilizaciones y agitación política, que cierra la temporada con la marcha del 2 de octubre.
El resto de las corcholatas presidenciales claramente han palidecido ante este despunte de la campaña de la doctora Sheinbaum, pero seguro no se cruzarán de brazos.
No baja la popularidad del Presidente, pero tiene que lidiar con problemas mayúsculos que por ahora le cuestan puntos en la aceptación.
La elevada inflación, que pesa más en el ánimo colectivo que la recesión del 2020. La violencia que no baja y se manifiesta cada vez con más descaro. La participación del ejército en las calles, pero también en casos tan emblemáticos como la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y su estado de salud.
Mientras tanto, en la carpa de enfrente, en la oposición, Alejandro Moreno logra lo que ningún morenista, tirar la popularidad de la alianza Va por México.
La caballada más que flaca parece inexistente. Los panistas se reúnen con sus aspirantes y difícilmente son identificados por los electores.
Los suspirantes más relevantes de la oposición lo son por estridentes o por sus nombres de abolengo político, pero sin que nadie despunte.
Y entre los posibles candidatos que podrían ser muy buenos presidentes de México, como Enrique de la Madrid o ahora que mencionan a José Ángel Gurría, la realidad es que están tan alienadas las masas electorales que difícilmente se podrán abrir un espacio.
Así que a 20 meses de las elecciones presidenciales ya no parece que tendremos descanso en estas no precampañas que arrancaron con fuerza esta semana.
Al mismo tiempo, hay que ver la manera como el Gobierno federal va sorteando las dificultades que se presentan con mucha más fuerza en diferentes frentes.
El objetivo es que cualquier costo político que haya quede lejos del Presidente, de su partido político y de sus corcholatas.
@campossuarez