El partido que gobernó a México en los últimos 12 años, el mismo que decía representar la opción de un cambio que nunca llegó y que abanderaba la moral, el orden y la generosidad políticas, hoy está inmerso en una cruenta lucha pública de poder, en la que dos bandos se disputan el control y el dinero del PAN con un descaro y un nivel de bajeza, que los exhibe ante los mexicanos como vulgares ambiciosos de la política.
Son los mismos políticos que hace apenas unos meses formaban parte de la clase gobernante de este país, que ocuparon secretarías de Estado, posiciones de poder en la presidencia o que incluso aspiraron a la presidencia, los que hoy se muestran incapaces del diálogo y la negociación para resolver sus diferencias por profundas que éstas sean. En lugar de eso se insultan y descalifican en público, se rebelan contra sus propias normas internas y se escudan en supuestas “visiones distintas de partido” para ocultar la pequeñez política de quien sólo defiende intereses de grupo.
De un lado un dirigente nacional sin liderazgo y sostenido con alfileres por sus acuerdos con el gobierno federal (Gustavo Madero) y del otro un grupo en franca rebeldía que desconoce y violenta normas y estatutos internos y que se aferra a no perder el poder que tuvieron durante el sexenio pasado (Ernesto Cordero, Javier Lozano, Luisa María Calderón y Juan Ignacio Zavala), sin que ninguna de las facciones muestre hasta ahora estatura política para resolver su pugna internamente -en la ya perdida tradición panista- y prefieren dirimir sus desacuerdos en un auténtico pleito de barriada, donde, lejos de argumentos o razones ideológicas, lo que intercambian son golpes bajos, filtraciones, denigrantes adjetivos y acusaciones mutuas de corrupción.
Ni siquiera las elecciones en curso -objetivo máximo de cualquier partido en la búsqueda del poder- pudieron detener la carnicería panista que se ha vuelto todo un espectáculo público y mediático. El campo de batalla es en estos momentos el Senado de la República donde su coordinador parlamentario, Jorge Luis Preciado, se hace bolas y no sabe explicar quién autorizó dar “cañonazos” de casi medio millón de pesos a cada uno de los 38 senadores panistas que se embolsaron, para supuestos “foros y eventos de campaña”, 16 millones del dinero de los contribuyentes.
Del otro lado, no menos cuestionables, la pandilla de Ernesto Cordero y sus senadores afines que, desconociendo cualquier ordenamiento interno o concepto de disciplina partidista, organizan un motín para cambiar los estatutos de su fracción y restarle poder a quien ha sido designado formalmente su coordinador. Los calderonistas, también llamados ahora corderistas, amenazan además con desconocer acuerdos de su partido con el gobierno y modificar su relación con la administración de Enrique Peña Nieto.
Y en medio de la reyerta de cantina de los blanquiazules, atrapados por sus personalísimas visiones y ambiciones, la viabilidad de acuerdos políticos para aprobar iniciativas o reformas necesarias en el Congreso. Y también el asombro y el azoro de saber que esos mismos enanos que hoy se pelean los restos de un partido que fracasó como opción de gobierno, son los mismos que dirigieron al país en los últimos años. Ahora, viéndolos actuar como lo hacen, se entiende el porqué del desastre que heredaron en los asuntos públicos.
NOTAS INDISCRETAS…En vísperas de que inicie la redacción de las leyes secundarias de la nueva Ley de Telecomunicaciones, los cabildeos entre empresarios y congresistas se intensifican. El martes por la noche, en un restaurante de Paseo de la Reforma, se vio en una larga cena al empresario de MVS, Joaquín Vargas, con el senador del PAN, Javier Corral. Se sentaron en la mesa desde las 9:30 de la noche y pasaba la media noche y la sobremesa continuaba. Seguro tienen mucho de qué hablar…Focos rojos para el PRI en Baja California. Según datos de encuestadoras serias, la ventaja que mantuvo durante casi toda la campaña el candidato del PRI, Fernando Castro Trenti, se revirtió y hoy es superado por unos cuatro puntos por el abanderando aliancista, Francisco de la Vega. Eso dicen las encuestas serias, no las de los partidos, aunque como dirían los clásicos, la contienda es tan cerrada que todo puede pasar…Los dados cierran con Doble Escalera. Semana buena.