Amanecía ya. Estaban por concluir en el Senado el “debate” de la “gran reforma” energética y por enésima ocasión se escuchaba a Raúl Cervantes Andrade, presidente del Senado, decir:
-Pido a la secretaría consulte a la Asamblea en votación económica si es de aceptarse la propuesta de la senadora Dolores Padierna… Quienes estén por la afirmativa, favor de levantar la mano… Quienes estén por la negativa, favor de levantar la mano… No se acepta a discusión, señor presidente.
La voz del priista volvía entonces a alzarse desde la tribuna:
-Agotada la lista de oradores, ábrase el sistema electrónico de votación por dos minutos para recoger la votación nominal del artículo (equis) en los términos del dictamen.
La secretaria en turno reiteraba como tantas ocasiones a lo largo de la noche y de la madrugada:
-Señor presidente, conforme al registro en el sistema electrónico se emitieron 83 votos a favor, 21 votos en contra.
-En consecuencia queda aprobado el artículo tal en los términos del dictamen- rezaba de nueva cuenta Cervantes.
Así fue una y otra y otra vez con cuanta propuesta presentaban los perredistas, tratárase de quien se tratara y sin importar si había razón alguna o no en los planteamientos que se hacían.
La misma retahíla escuchamos ante Alejandro Encinas, Mario Delgado, Lorena Cuéllar, Isidro Pedraza, Manuel Camacho, Fernando Mayans, Benjamín Robles Montoya, Angélica Araujo, Fidel Demédicis y toda la batería perredista.
Y el mismo resultado siempre con los votos del PRI, del PAN y del Partido Verde frente a los de la izquierda: “No se acepta a discusión, señor presidente”.
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YA ES EL COLMO.- Llegó el momento en que Camacho Solís, ya con la luz del día y las síntesis de los diarios en mano, solicitó la palabra.
Para no cansar ya de más a los senadores pidió se incorporara al Diario de los Debates la opinión del doctor Diego Valadés sobre estas reformas: “Una mente mesurada puede ser muy útil a este Senado”, apuntaría (se refería a un artículo espléndido escrito por el jurista).
Luego se referiría lo que le pareció ya “el colmo”. Una declaración publicada en los diarios matutinos: “No está previsto el escrutinio en alguna reforma constitucional, incluida la energética: Manlio Fabio Beltrones”.
“¿De qué se trata, compañeros? ¿De violar la Constitución por completo? ¿De cerrar la última válvula que tiene la sociedad mexicana para defender sus derechos? -inquiría-. Yo espero que estas actitudes autoritarias que todos sabemos de dónde vienen no prevalezcan el día de mañana cuando discutamos la ley de consulta popular”.
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PUEDEN IRSE TRANQUILOS A DESCANSAR.- Habían transcurrido 20 horas y 30 minutos de una sesión corrida en el pleno, 209 oradores, 313 proposiciones.
El presidente de la Mesa Directiva calificaba: “Se ha dado un debate de seriedad, de conocimiento, de profesionalismo, de pasión, ¿por qué no decirlo?, acalorada, que no sólo es válida en la política, sino que es necesaria en la política… Ha sido un debate histórico”.
Cervantes felicitaba a los senadores porque nadie impidió, ni abandonó la sesión. Se manifestaba orgulloso de ello, por lo que agregaría para terminar: “Pueden irse tranquilos a descansar, que hicimos el trabajo”.
Resonaron los aplausos de priistas, panistas y verdes. Los perredistas respondieron con un grito: “¡Consulta popular! ¡Consulta popular!”. Los tricolores devolvieron entonces: “¡México! ¡México!”
Raúl Cervantes Andrade seguía celebrando: “Sigo celebrando porque un grupo de senadores pide la consulta popular, que está caminando en el proceso constitucional, y otros gritan ¡México!, los dos quieren a México”.
Y con ello cerraría la histórica sesión.
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GEMAS: Regalito del coordinador de los diputados priistas, Manlio Fabio Beltrones, ante la toma del pleno de la Cámara de Diputados: “¡Que nadie se atreva a mentir! Estábamos en conversaciones para envío de la minuta (de la reforma energética) a comisiones”.