Un buen doctor es aquel que puede detectar un padecimiento con los primeros síntomas y después de correr algunos análisis precisos, es capaz de recetar un tratamiento que revierta la enfermedad.
Y puede ser un doctor en medicina o en economía, lo importante es que tenga esa capacidad de detectar, diagnosticar y actuar a tiempo.
Ante los ojos inexpertos el electrocardiograma de la inflación muestra un muy sano ritmo inferior al 3% en su medición general.
Pero si se ve con detenimiento el momento inflacionario se puede notar ya una arritmia en los precios al productor, sobre todo en el subíndice de industria manufacturera de la división de actividades secundarias de la inflación al por mayor.
No hay duda de que el comportamiento de la inflación general es de lo poco que podemos presumir en estos tiempos en la economía mexicana. No hay que perder de vista que también son tiempos de inflaciones bajas en el mundo por la disminución de los precios de los alimentos, de las materias primas y porque el consumo mundial se mantiene deprimido.
México tiene en el cuadro de honor la fotografía de la inflación más baja de la historia contemporánea del país. El 2.74% que registró en su tasa anualizada el Índice Nacional de Precios al Consumidor.
Pero en esos mismos datos que dio a conocer el INEGI hay algunos números que seguro deben tener muy atentos a los doctores en economía que son especialistas en materia inflacionaria.
De entrada, el Índice Nacional de Precios al Productor se ubicó en julio pasado en 3.31%, un nivel dentro de lo aceptable para el Banco de México. Aunque hay que decir que la meta del 3% que tiene el instituto central es para la inflación general, por lo volátil del indicador al mayoreo.
Hasta ahí se nota que la inflación mexicana goza de cabal salud. Pero es donde tiene que entrar el ojo experto para explicar alguna sintomatología inflacionaria.
Los precios al productor se miden por tipo de actividad económica. El sector primario es volátil por naturaleza, así son las cosechas, las lluvias y los precios internacionales de gran cantidad de alimentos. Aun con 7.08% de inflación anualizada en este rubro, está dentro de sus altibajos conocidos.
El sector secundario merece un análisis por componentes, porque la generación de electricidad, por ejemplo, marca una clara tendencia de baja en sus precios, derivado de la reforma energética, que ayuda a paliar los otros aumentos presentes.
La industria de la construcción, con más componentes de producción doméstica, está justo dentro del promedio inflacionario deseado inferior a 4%.
Pero las manufacturas ya dejan ver el impacto del aumento de costos por las importaciones más caras. La inflación anualizada de las manufacturas alcanza ya 4.85%.
Los doctores ya levantan la ceja con este dato y optan por llevar al microscopio la muestra de las manufacturas sólo para descubrir inflaciones anualizadas de 13% en la fabricación de equipos de cómputo, 12% en la industria automotriz, otro 12% en maquinaria y equipo.
El virus detectado es rápidamente clasificado como depreciación cambiaria, por una baja en el sistema inmunológico del peso.
Lo que falta es que los expertos doctores en economía cambien el tratamiento y en lugar de inyectar vitaminas de dólares en el mercado, apliquen antibióticos de aumento en las tasas de interés.