Parafraseando a un clásico priísta, en política ‘el tiempo es forma’. Ni más, ni menos. Y si esto es así, no es casual que de pronto, en medio de la construcción de un gobierno priísta de alta concentración presidencial, surjan ‘pecados’ cometidos por su oposición.

 

… Pecados cometidos, si, pero que vistos en momento y forma, su ‘conocimiento’ tiene un, digamos, ‘leve aroma’ a política de presión y descalificación del adversario político, que es decir: los pecados les fueron puestos en charola de plata y ‘no hay por qué desperdiciarlos’.

 

De pronto aparecen dos grandes problemas que afectan al pasado de dos de los partidos políticos de oposición en México: El conservador Partido Acción Nacional (PAN) y el sedicente partió de ‘las izquierdas mexicanas’: Partido de la Revolución Democrática (PRD).

 

El tema más complicado es el que impacta al PAN y se refiere al caso de la empresa Oceanografía, a la que se le han encontrado contratos y grandísimos beneficios económicos mal averiguados (2009), lo que implica un presunto perjuicio al banco Banamex, con capital gringo. En los hechos, que aun se investigan, se involucra a funcionarios de una de las empresas contratistas más beneficiadas con contratos de Pemex, a empleados de la banca acusadora y a empleados de Petróleos Mexicanos…

 

Todo hasta ahí es parte de un procedimiento que se debe seguir para encontrar inocencia o culpabilidad, de acuerdo con las leyes mexicanas.

 

Luego está el caso de la Línea 12 del Metro de la ciudad de México, a la que después de un año de nueva administración se le encontraron la mar de defectos de construcción y con riesgo de descarrilamiento, lo que implicaría una tragedia mayor.

 

Con esto se desvía la atención de la muy mala dirección actual del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, en toda su extensión. Y se conduce la atención hacia un punto clave: los errores de construcción y contratación en su origen: 2007.

 

Como se ve, en ambos casos, los pecados fueron cometidos en tiempos de “la anterior administración”: aquí, el pasado al servicio del presente político:

 

A los priístas nacionales no se les cae de la boca que lo ocurrido con Oceanografía es un tema que tiene que ver con la administración panista (PAN) durante el gobierno del presidente Felipe Calderón y durante la gestión panista en Pemex: si.

 

De hecho, el actual director general de Pemex, Emilio Lozoya, admitió que en lo de Oceanografía existieron irregularidades por parte de ex funcionarios de la empresa petrolera…

 

El presunto involucrado en las contrataciones fuera de tiempo y forma es Mario Ávila Lizárraga, quien fue director de Mantenimiento Logístico de la Coordinación de Servicios Marítimos, originario de Campeche y muy cercano al fallecido secretario de Gobernación de la administración calderonista: Juan Camilo Mouriño (PAN).

 

El sólo hecho de hacer este tipo de acotaciones en tono y forma es un echar agua al panismo que está en el fragor de la batalla por nombrar a su nuevo presidente. Y si se trata de mirar al pasado, los representantes del pasado, en la guerra panista, son los del grupo calderonista. Esto favorecería a Gustavo Madero, quien se ha mostrado proclive a la negociación política con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

 

Los panistas han anunciado que, en virtud de que se está manchando el nombre de su partido, dejarán de participar en las negociaciones para las leyes secundarias de la Reforma Energética. César Camacho, el dirigente priísta (PRI) dice que esto es un pretexto para no participar y que si el partido político en el caso Oceanografía “nada debe, nada teme”... ¿será?

 

El otro caso tiene que ver con la negativa a asumir la actual responsabilidad de la Línea 12 del Metro. Pasaron meses en los que se utilizó una obra que era orgullo del ex jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard, y la cual fue aplaudida, felicitada y nombrada como obra de excepción para el transporte colectivo.

 

Todavía en 2013 el director del Proyecto Metro, Enrique Horcasitas y representantes de la empresa ICA-CARSO-Alstom, dijeron en un reportaje publicado en la Revista Mexicana de la Construcción ‘que la obra es construyó en tiempo record -2008-2012 y aplaudían la buena calidad de la obra y que, pese a las deficiencias, la línea “se construyó bien”…’

 

Tanto el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, como el director general del Metro, Joel Ortega, endosan el problema a la administración de Marcelo Ebrard, quien está en la lucha para hacerse de la presidencia del PRD y quien, sin duda, es un candidato de peso para serlo y, por lo mismo, un riesgo de continuidad en la dirigencia perredista…

 

Así que, en ambos casos hubo graves errores y acaso corrupción financiera o criminal. En ambos casos se daña al patrimonio de los mexicanos. Son muchos millones los que, por negligencia, delincuencia o incapacidad, estamos pagando todos… Y lo que se espera es que se nos explique cómo se van a recuperar esas enormes cantidades en un país de tanta pobreza y tantas necesidades evidentes y sin solución de gobierno priísta-panista-perredista.

 

El tema político está fuera de duda; pero habrá que ver cuál es la defensa de tono político que cada instituto hará para rescatarse de la embestida en la que, una vez más, se pone en evidencia la debilidad del sistema de partidos en México y, claro, la debilidad de los partidos políticos mexicanos: todos. jhsantiago@prodigy.net.mx Twitter: @joelhsantiago

 

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