La estupidez y la cobardía son endémicas de las redes sociales. Y si no me creen,
échenle un vistazo al tuit que compartió (el cual, por cierto, ya borró) a través de
“X”, el lunes pasado, Melissa Alejandra Cornejo Sandoval, consejera estatal del
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en Jalisco, y que en su cuenta de
Instagram presume su gran amistad con la senadora chihuahuense (también
morenista) Andrea Chávez Treviño, además de pertenecer al círculo de la diputada
local, Itzul BarreraRodríguez.
Textual, Cornejo Sandoval dice en su publicación: “Viva la raza y métanse mi
visa por el culo”, frase que acompañó con una fotografía donde aparece un cholo
sosteniendo una bandera mexicana frente a un automóvil incendiado con la leyenda
Fuck ICE grafiteada, durante los recientes disturbios ocurridos en Los Ángeles,
California.
Pero, ¿quién creen que le respondió su incendiario tuit? Nada menos que el
flamante embajador de Estados Unidos en México, el vicecanciller Christopher
Landau quien, haciendo gala de un impecable lenguaje y una estatura diplomática
que doña Melissa jamás tendrá, le dijo:
“Yo ahí no puedo meter tu visa, pero sí te puedo informar que personalmente di
orden de cancelarla después de ver este vulgar posteo. Y no te ha de sorprender lo
que me contestaron: ‘Que ni siquiera tienes visa válida para cancelar’. Qué fácil
hablar de tu desprecio en redes sociales hacia ‘mi visa’ cuando no la tienes. Los
que glorifican la violencia y el desafío a las legítimas autoridades y al orden
público de ninguna manera son bienvenidos en nuestro país”.
¡Boom!
Para que doña Melissa entienda, me rebajaré a utilizar sus propios vocablos: el
embajador Landau le asestó un periodicazo en el hocico.
Y como esta señora, hay varias y varios que no acaban por entender lo complejo y
volátil de la situación que estamos viviendo en estos momentos en México, con
respecto a la intención de la administración Trump de aplicar un impuesto a las
remesas que envían nuestros compatriotas. Hay diálogo y negociaciones que
requieren de muchísmo tiento porque, al primer paso en falso, todo se podría venir
abajo.
Como el archiduque José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña de la Inmaculada
Concepción, quien sólo se comporta como el presidente del Senado cuando le
conviene, pero cuando se trata de demostrar estatura y oficio políticos en asuntos
sumamente delicados prefiere sacar a pasear al pendenciero que siempre ha llevado
dentro. En esta ocasión se enfrascó (innecesaria y peligrosamente) en un juego de
dimes y diretes con el senador republicano, Eric Schmitt, en el cual los mexicanos
(y no él) podríamos sacar la peor parte, pues el estadounidense tiene el poder de
cabildear con sus iguales la imposición del impuesto a las remesas.
Sinceramente, ya va siendo tiempo de que la cúpula morenista saque los bozales y
le apaque el módem a varios de sus insensatos e imprudentes militantes porque, la
verdad, el horno no está para bollos.

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