La fecha lo impone. La figura del año es una especie de elección universal. Los estadunidenses votan, los ecuatorianos votan, los checos votan… pero la realidad es que la revista Time se recicla publicitariamente hablando a través de su portada estelar: personaje del año. Lástima, desde que existen los trending topic resulta absurdo candidatear al personaje del año. El efecto Time se replica en otras arenas. MTV, por ejemplo, se autopublicita a través del artista del año.
La figura del trending topic tiene entretenidos a estrategas de redes sociales para “mantener” vivos a sus clientes como fenómenos del segundo. Hablar del año, hoy, es como pensar en un siglo. Sin embargo, las propuestas de Time y MTV, entre muchos otros medios, revelan que la producción oceánica de información ahoga a los matices.
Otra de las características de los personajes del año es que, de facto, se convierten en ídolos de las multitudes. Generalmente los personajes del año se ubican entre el cuadrante de la bondad y el correspondiente al heroísmo. En pocas ocasiones los personajes han sido dictadores o antihéroes fílmicos. La excepción la tienen Hitler (1938), Stalin (1939) o el Ayatollah Khomeini (1979).
Según Wikipedia, desde 1927 Time presenta año con año al personaje del año. Dominan los presidentes de Estados Unidos, Obama, el último. Corazón Aquino y los mineros chilenos (minera San José) que salvaron la vida en 2010 han sido de los poquísimos personajes latinos que se han ganado el título inventado por Time.
El genotipo del personaje del año contiene elevados grados de globalidad mientras que el fenotipo le demanda un elevado componente mediático. El papa Francisco y la cantante Miley Cyrus son, para Time y MTV, respectivamente, los personajes del año. “En menos de un año (el Papa), hizo algo notable: no cambió la letra, pero cambió la música” (La Nación, 12 de diciembre), comentó Nancy Gibbs, subdirectora de Time. Al matizar la decisión, Gibbs dijo que “en este tiempo, Francisco se ubicó en el centro mismo de las principales conversaciones de nuestra época: sobre riqueza y pobreza, imparcialidad y justicia, transparencia, modernidad, globalización, el rol de la mujer, la naturaleza del matrimonio y las tentaciones del poder”. En efecto, si el genotipo del personaje es el de un hombre humilde, el fenotipo es empático. El hueco mediático que dejó Juan Pablo II requería ser cubierto por alguien que transmitiera confianza. Confianza en una institución vulnerable ante múltiples sucesos, por ejemplo, de pederastia.
De manera paralela, Miley Cyrus se convirtió en un fenómeno viral y musical. Combinación perfecta en nuestra época de transición, del tiempo real (web) a la inmediatez (redes sociales). Cantando los éxitos “Wrecking Ball” y “We can’t stop”, el fenómeno Cyrus lo es gracias a la ingeniería del marketing, que se encargó de graduarla de Walt Disney para transformarla en la Lolita solipsista, que lo mismo se desnuda en el video de “Wrecking ball” (sola), o se fuma un porro en la entrega de premios MTV Europe.
Finalmente, otra característica que rodea a los personajes del año es la polémica. ¿Por qué no ganó el título X? Por ejemplo, Edward Snowden trastocó los cimientos de la globalización de la confianza. Si Assange entregó en bruto información descontextualizada, Snowden hizo lo contrario. Junto a los editores de The Guardian, primero contextualizó y después entregó la información sobre funciones de la NSA.
De haber votado, el profesor Francis Fukuyama lo hubiera hecho por Snowden. Uno de sus principales libros, Confianza, es un tratado sobre la regeneración del comercio, a través de empresas globales, gracias a, precisamente, la confianza.
En fin, tendríamos que ir cambiando la costumbre que hace casi 90 años inició Time. La pregunta es, ¿quiénes son los trending topic de hoy?