Lo hemos comentado. La posibilidad de ver al peso mexicano durante el último trimestre más cerca de 16.20-16.00 frente al dólar en la parte interbancaria “es alta”. Creemos que serán los propios datos de la economía de Estados Unidos los que darán cierta estabilidad al dólar respecto al resto de las divisas y así, es muy probable que las materias primas se muestren más acotadas, aunque por otro lado tendrán a la economía de China y Japón como riesgos adicionales.
El peso mexicano ha sido el catalizador en nuestro caso, de este movimiento global en donde las políticas monetarias divergentes han provocado inestabilidad, especialmente la Fed, que desde hace más de dos años insiste a través de sus miembros en la posibilidad de iniciar el alza en las tasas de interés estadunidenses.
Hoy, el sector servicios, que ha sido punta de lanza en el crecimiento de la economía del país vecino muestra una desaceleración hasta cierto punto normal pero que incide en el menor ritmo de creación de empleos en el tercer trimestre al desacelerarse 30% y le llevará algunos meses recuperarse. Mientras tanto, la producción industrial podría empezar a estabilizarse poco a poco en este cuarto trimestre, pero tardará en ser nuevamente generadora de empleos.
La balanza comercial de Estados Unidos durante agosto registró una caída en exportaciones ante una débil demanda externa, producto de las grandes depreciaciones de las monedas vs el dólar. Para normalizar este punto se requiere tiempo y un nivel bajo en tasas de interés a nivel internacional. Ayer, se conoció que la balanza comercial de Alemania sufrió una caída en exportaciones no vista desde 2009, y en semanas pasadas China también padeció menores exportaciones.
Regresando a Estados Unidos, vendrán temas como el presupuesto 2016 y las elecciones del próximo año. Son dos eventos que pueden influir en la propia actividad económica y estamos seguros de que la Fed querrá ser imparcial y deberá actuar con mucha responsabilidad. Subir el costo del dinero sin una causa bien justificada podría afectar el desempeño de la economía en los siguientes meses y tendría repercusiones negativas hacia el Partido Demócrata que hoy gobierna. Hacerla más flexible podría afectar las expectativas del Partido Republicano. Por ello, cualquier decisión de la Fed debe ser muy prudente y responsable.
Con estos elementos, la probabilidad de ver un dólar más estable en los siguientes meses es alta y por lo tanto, los flujos de inversión que están ansiosos de encontrar rendimientos buscan posicionarse en países estables y con riesgos acotados.
México cuenta con la estabilidad macroeconómica de más de 15 años y existe el compromiso del gobierno federal de cuidar el déficit y el gasto en 2016. Ante los avances positivos de la segunda licitación de la Ronda Uno, el manejo adecuado por parte de Banxico en el mercado cambiario, el crecimiento moderado en el consumo interno, las expectativas de crecer a tasas de 2.5 a 3.0% el próximo año, sus mercados representan una buena alternativa de inversión.
En Latinoamérica, México es de los mejor posicionados. Brasil enfrentará serios temas de gobernabilidad y una economía sumergida en la recesión, Colombia, Chile y Perú representan economías y mercados más pequeños.