El de las pensiones, ha sido uno de los grandes pendientes de las diferentes administraciones federales, pues aunque se han propuesto esquemas para mejorar el retiro de los trabajadores, lo cierto es que nadie ha podido encontrar la fórmula, para que al momento de su jubilación, puedan recibir una pensión digna, que satisfaga, por lo menos, sus necesidades más básicas.

Al principio de su gobierno, la presidenta Claudia Sheinbaum incluyó entre los 100 compromisos de su gestión, una reforma constitucional en materia de pensiones, que daría continuidad a la enmienda iniciada por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador.

Apenas en enero pasado entró en vigor una actualización en las reglas de cotización para quienes opten por la modalidad 40 del IMSS, un programa que permite a los trabajadores, continuar realizando aportaciones al Seguro Social, de manera independiente, para aumentar sus semanas de cotización; pero lo que prometía ser una mejora, se ha estancado por cuestiones burocráticas.

Fuentes enteradas del asunto nos dicen que miles de extrabajadores que buscan pensionarse bajo esta modalidad enfrentan graves demoras en los procesos de alta, baja y reconocimiento de semanas cotizadas; pues el trámite que anteriormente tardaba de tres días a una semana, ahora dura de tres a seis meses, derivado de la centralización en la validación de sus aportaciones.

El primer retraso se da desde el momento en que un asegurado decide incorporarse a la Modalidad 40,  porque, aunque los pagos se realicen en tiempo y forma en bancos autorizados, el alta oficial puede tardar varios meses, ante la Dirección de Incorporación y Recaudación del Instituto, a cargo de Luisa Obrador Garrido Cuesta.

Hace un par de años, bajo el argumento de combatir la corrupción, el Seguro Social centralizó los trámites, que se realizaban en 500 ventanillas de las 133 subdelegaciones en todo el país, para atender nueve mil solicitudes mensuales de esta modalidad, lo que ha generado un verdadero cuello de botella.

A pesar de que el IMSS asegura que estos periodos de espera serán pagados de manera retroactiva, para muchos adultos mayores representa incertidumbre económica.

Al mes de abril de 2025, existían alrededor de 260 mil asegurados inscritos en esta modalidad, que hoy corren el riesgo de sufrir retrasos en el reconocimiento de los periodos cotizados; además se estima que, adicionalmente a los ya inscritos, anualmente se incorporan 90 mil más.

El plazo establecido en los propios lineamientos del Consejo Técnico del IMSS, maneja un tiempo estimado de alrededor de 12 días hábiles para certificar las cotizaciones tras la solicitud de la pensión; sin embargo, en la práctica esos plazos simplemente no se cumplen.

Y mientras el Seguro Social enfrenta estos problemas operativos, la Modalidad 40 ha sido una fuente creciente de ingresos, pues se estima que tan sólo en 2023, el Instituto recaudó más de 25 mil millones de pesos gracias a esta modalidad, cifra que ha crecido de manera sostenida en los últimos años.

A la par, miles de trabajadores se truenan los dedos ante la incertidumbre de lo que pasará con los recursos de su retiro.


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@JuanMDeAnda

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