No se puede regatear el mérito del acuerdo en principio que logró la presidenta Claudia Sheinbaum con Donald Trump, aunque represente solo la compra de tiempo.
Es cierto, Sheinbaum compró un mes de gracia a cambio de enviar 10,000 miembros de la Guardia Nacional a la frontera norte para frenar (o intentar hacerlo), el tráfico de drogas y migrantes.
La otra parte del acuerdo, esa que dice que México se comprometió a “dar resultados’’ en el plazo fijado, es la que preocupa.
¿A qué resultados se comprometió la Presidenta?
En un mes (en el entendido de que el plazo acordado será del 5 de febrero al 5 de marzo), México tendría que dar golpes espectaculares en el tema del narcotráfico, así como la aceptación de miles de indocumentados expatriados por el Gobierno de Estados Unidos.
Obviamente, el acuerdo también implica que la política de migración mexicana (si es que hay una), se endurecerá para evitar que los migrantes crucen como Pedro por su casa la frontera sur de nuestro país.
Esa película ya la vimos el sexenio pasado, cuando Trump amenazó a la administración de López Obrador con la imposición de aranceles, solo que en esa ocasión no fueron 10,000, sino 28,000 los guardias nacionales que se enviaron a ambas fronteras para frenar la migración.
El de ayer es un buen acuerdo, como el que se pacta entre un particular y su banco acreedor.
El plazo ganado podría servir para renegociar la deuda, pero eso no implica que se cancele; quizá, logre una “quita’’.
Pero el acreedor sigue teniendo la sartén por el mango; el plazo le dio más tiempo al Gobierno mexicano para reacomodar su posición ante la amenaza, pausada pero presente, medida que también tendrá un costo político.
Durante el transcurso del tiempo ganado, ya se verá cómo se aplica el Gobierno mexicano para satisfacer la exigencia del bully, y con qué monedas se pagará el arancel político.
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Por cierto, Sheinbaum no hizo referencia sobre la acusación que lanzó Trump el sábado, en el sentido de que “los cárteles (del narco) tienen una alianza intolerable con el gobierno’’.
La Presidenta rechazó lo que consideró “una calumnia’’, pero no informó si trató el asunto directamente con el mandatario estadounidense, si eso forma parte del acuerdo o simplemente se quedó para otra ocasión, con más tiempo.
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La crisis de los aranceles sirvió para demostrar quién es quién en la oposición.
En tanto que el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, acusó directamente a los gobiernos de Morena de la crisis por su relación con la delincuencia organizada, el panista Jorge Romero, decidió no incomodar al poder subiendo un insulso mensaje en X.
El priista aseguró que la crisis de los aranceles fue provocada por Morena, por su indecisión para combatir a la delincuencia organizada y su incapacidad para gobernar.
Ayer, después de hacerse público el acuerdo entre Trump y Sheinbaum, Moreno reconoció “el diálogo entre los gobiernos de México y Estados Unidos, pero ahora que el gobierno de Morena se ponga a trabajar. Si pueden cuidar la frontera norte, que protejan todo el país.
“Que combatan la extorsión y el derecho de piso, que aseguren que las carreteras no sean zonas de asaltos, que refuercen la frontera sur y que investiguen sin proteger a sus cómplices en el crimen organizado.
“Que garanticen medicinas y vacunas. Que respeten la Constitución, la división de poderes y los derechos humanos’’, escribió en sus redes.
A ver.
@adriantrejo