Ricardo Monreal regresa al Senado a petición de Claudia Sheinbaum y del propio López Obrador para negociar con la oposición los nombramientos pendientes, entre ellos el de la nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El regreso de Monreal era un tema que tenía por lo menos un mes en la mesa, pero no se había concretado porque se tuvo que negociar primero con el ala radical del partido, que tienen hoy el control de la mesa directiva.

Dos asuntos aceleraron el proceso de retorno.

La prisa que tiene el presidente López Obrador por que el Senado vote la terna que propuso para sustituir al ministro Arturo Zaldívar en la Corte.

Tal es la premura que ayer mismo se fijó para el lunes la comparecencia de Bertha María Alcalde Luján, Lenia Batres Guadarrama y María Estela Ríos González.

Esta última se dio su vuelta por el Senado ayer, para cabildear el apoyo del grupo morenista que, con todo y su sociedad con el Verde y el PT, no cuenta con la mayoría calificada para lograr sacar el nombramiento.

El segundo tema que apresuró a Monreal es la poca o nula operación política que era responsabilidad de Eduardo Ramírez, coordinador de la bancada guinda y presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Alta.

Ramírez, hoy flamante candidato a la gubernatura de Chiapas, dejó de hacer las reuniones semanales de la Jucopo y dedicó más tiempo a su campaña que a atender los asuntos que le habían sido encomendados.

Se irá en diciembre y entonces se decidirá si Monreal vuelve como coordinador, que es un asunto de negociación interna, no de votación, o se queda como el poder tras el trono.

Y aunque se diga que “será uno más’’ entre los legisladores de Morena, regresa con la encomienda de Sheinbaum y López Obrador a destrabar los temas que le interesan a la 4T.

Aunque sus malquerientes traten de hacer ver su regreso al Senado como un fracaso, en realidad se trata de una victoria política pues ninguno de los legisladores guindas pudo suplir su función como negociador, sumado que seguirá siendo coordinador político en la campaña presidencial de Morena.

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Un reintegro que sacó la bancada de Morena con el regreso de Monreal al Senado fue deshacerse de Alejandro Rojas Díaz-Durán, suplente del zacatecano, a quién ya no soportaban por sus posiciones abiertamente anti-4T.

Ayer cuando se pidió “notificarle’’ el regreso de Monreal, hubo por ahí aplausos de los morenistas con los que no se podía ni hablar.

Ni aguantan nada.

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Ya no se sabe si llamarlo nepotismo, cinismo o de plano valemadrismo, pero no deja de ser una mala broma nombrar a Félix Salgado Macedonio, padre de la gobernadora (es un decir) de Guerrero, Evelyn Salgado, como responsable del Comité o Comisión para la reconstrucción de Acapulco creada en el Senado.

Ese es otro huracán que le ha hecho más daño al estado.

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Alejandro Moreno estuvo ayer en Sinaloa para ofrecer el apoyo de la alianza opositora a la Universidad Autónoma del estado, que ha enfrentado la embestida descarada del gobernador Rubén Rocha Moya.

El morenista quiere hacerse del control absoluto de la universidad, pero no lo ha conseguido.

Ayer, con la presencia de los presidentes nacionales del PAN y el PRD, se firmó una alianza con el Partido Sinaloense (PAS) y respaldó a su dirigente, Héctor Melesio Cuén, quien también es perseguido por el gobernador.

 

     @adriantrejo