Más allá de la extensión de mandato, el Consejo Político Nacional del PRI autorizó al presidente, Alejandro Moreno, para negociar con el PAN y el PRD una alianza para la elección presidencial.

Moreno ha insistido en la necesidad de mantener viva la alianza con el PAN y el PRD para 2024, pero los priistas temen que en el lance acepte acuerdos que no favorezcan al tricolor.

Hay temor, por ejemplo, de que el presidente del PRI deje en manos del PAN la designación del candidato presidencial o el de la Jefatura de Gobierno de la CDMX.

Las negociaciones para ambos temas están aún en pañales, pero el acuerdo aprobado por el Consejo Político Nacional del PRI con el cual Moreno tiene la autoridad legal para la negociación ha provocado que más de un priista levante la ceja.

Puede ser que se trate de una interpretación apresurada de los acuerdos aprobados por el CPN el pasado 19, pero no estaría de sobra que el propio dirigente priista precisara los alcances de tal responsabilidad.

Porque una cosa fue la negociación de las candidaturas a los gobiernos de Coahuila y el Estado de México, donde el PRI llevó mano, y otra será la que implique la candidatura presidencial y la Jefatura de Gobierno de la CDMX.

Además, en 2024 se renovarán el Congreso y las gubernaturas de Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Puebla, Tabasco, Veracruz y Yucatán y cientos de presidencias municipales.

No será una negociación sobre pétalos de rosa, desde luego, porque hay mucho en juego.

Moreno tiene la obligación ante los priistas de precisar si se cedió la iniciativa al PAN para que gestione las dos candidaturas más importantes del 2024

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Todo parece indicar que Morena se apropiará del proceso de selección de los cuatro consejeros electorales que, a partir de abril próximo, sucederán en el INE a Lorenzo Córdova, Ciro Murayama, Adriana Favela y José Roberto Ruiz.

Sin ningún escrúpulo, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que preside -es un decir- la señora Rosario Piedra Ibarra, postuló a dos militantes morenistas, sin experiencia en materia electoral, al Comité Técnico de Evaluación que será el responsable de proponer al pleno a los candidatos a consejeros electorales.

Lo mismo hizo ayer la bancada de Morena en San Lázaro.

Aunque no lo hizo de manera oficial, se conoció que sus propuestas al Comité serán el columnista de La Jornada, Enrique Galván Ochoa, que fue designado por López Obrador como uno de los tres responsables de redactar la “constitución moral’’ que no ha visto la luz, Andrés Espinosa Solís, representante de Morena ante el organismo electoral de Tamaulipas quien reconoció “no saber nada de derecho electoral’’ y Evangelina Hernández Duarte, que ocupó diversos puestos administrativos en la Guardia Nacional.

La idea es que las propuestas de los organismos autónomos como el CIDE y el Inai equilibren las posiciones en el Comité, pero quien llevará la batuta en todo el proceso, que concluye el 30 de marzo con la designación de los consejeros, serán los morenistas.

Para muchos, los sucesores de Córdova, Murayama, Favela y Ruiz, podrían ser como caballos de Troya que desde dentro se dediquen a concretar el debilitamiento del INE y su credibilidad.

Algo sumamente riesgoso considerando la polarización social y los retos que implica la elección presidencial en 2024.

 

Veremos.

LEG