Durante el desayuno que sostuvo la semana pasada con la fracción de los diputados del PRI, el general secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, advirtió a los legisladores que conformar una Guardia Nacional totalmente civil requeriría por lo menos 20 años.

Es decir, que los militares deberían estar en las calles dos décadas en lugar de los 4 años extra que propone el PRI en su iniciativa.

El general Sandoval reconoció los esfuerzos del PRI por proponer incrementar 4 años más la participación de los militares en tareas de seguridad pública, pero aseguró que ese plazo es insuficiente.

Veinte años es lo que se requiere para que la Guardia Nacional tome forma y no sea necesaria la presencia militar en las calles.

Puso como ejemplo el caso de Sinaloa, que cuenta con 500 policías estatales contra los 3,000 miembros de la Guardia Nacional destacados en la entidad.

¿Algún gobernador podría rechazar esa fuerza?

Por lo menos tres gobernadores ya se manifestaron a favor de que se mantenga la presencia militar en sus estados: Chihuahua, Durango y Coahuila.

El tema sigue siendo complejo porque se trata de un viraje en una de las posiciones que parecían irreductibles para la alianza opositora del PAN, PRI y PRD.

La iniciativa que modifica el primer párrafo del artículo 5º.- Transitorio de la Constitución, que establece que los militares dejarán de ejercer actividades de seguridad pública -de policías, pues-, en marzo de 2024, será sometida a votación mañana miércoles.

Aunque se da por descontado que el PRI votará en bloque a favor de su iniciativa, se espera un largo debate pues el PAN y el PRD anunciaron que presentarán reservas.

Nada impedirá, sin embargo, que la iniciativa sea aprobada en sus términos, con un agregado de última hora que consiste en la propuesta para crear un grupo bicameral -senadores y diputados- que vigilen el cumplimiento de los compromisos y los plazos que se aprobarán y que prorrogarán las tareas policíacas de las Fuerzas Armadas.

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Ricardo Monreal se aferra a estar en la boleta de 2024 como candidato presidencial, con Morena, sin Morena y a pesar de Morena.

El zacatecano tuvo ayer un tour de medios en el que no se anduvo por las ramas.

Reconoció que los ataques de los que ha sido objeto en los días recientes fueron financiados por Claudia Sheinbaum, que no vive sus mejores días en la relación con el Presidente y que esperan más días aciagos.

Pero, dijo, no se raja.

La cuestión aquí ya no es si dejará a Morena o no, sino cuándo lo hará, porque desde la posición crítica que ha asumido, no se le ve mucho futuro coordinando a los senadores guindas.

Como sea, Monreal acertó sin duda en el discurso de su pre pre precampaña: el tiempo de la conciliación pues, efectivamente, nunca en los tiempos modernos el país había estado tan dividido.

Sí, es por ahí.

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Muy concurrido estuvo el banderazo de arranque para la sucesión en el estado de México.

El quinto informe del gobernador Alfredo del Mazo concitó la presencia de corcholatas presidenciales y corcholatitas estatales que aprovecharon el foro para la foto.

Faltan aún unas semanas para conocer cuál será la decisión del tricolor, sobre todo a la espera de que el PAN y el PRD decidan si las cortan con el PRI o no.

Una cosa sí es segura: el PAN no gana solo, mucho menos el PRD.

El PRI lo intentaría, pero no le va a alcanzar, de acuerdo con las encuestas recientes.

LEG