El subsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Ricardo Mejía Berdeja, se perfila para ser el candidato de Morena a la gubernatura de Coahuila simplemente porque los cuadros locales guindas fueron, son o eran socios de los Moreira.

Mejía Berdeja es un candidato disruptivo.

Hace un año ni siquiera figuraba entre los precandidatos morenistas a la gubernatura, pero ha ido creciendo hasta encabezar las encuestas de su partido porque sus dos adversarios, el senador Armando Guadiana Tijerina y el expanista Luis Fernando Salazar se han visto tibios, por decir lo menos.

Guadiana se quejó de “fuego amigo’’ para minar sus aspiraciones; claro que ha recibido y recibirá críticas pues los últimos 18 años ha mantenido relaciones con los Moreira y el actual gobernador, Miguel Riquelme, que a los morenistas locales les parecen, por lo menos, sospechosas.

A diferencia de los precandidatos morenistas de otros estados, Guadiana ha matizado la crítica hacia el actual gobernador de su estado, quien por cierto tiene una muy buena calificación entre la ciudadanía, lo que es visto como una debilidad de carácter pues de lo que se trata es de enfrentar al “moreirismo’’.

Salazar es visto como un advenedizo por las huestes locales guindas.

Desde 2018 pasó a las filas de Morena luego de fracasar en su intento por ser presidente municipal de Torreón.

Ninguna encuesta seria le concede posibilidades de ganar la candidatura, pero seguro aparecerá en la encuesta que nadie conoce y mediante la cual Morena elegirá a su abanderado.

Con este escenario, el crecimiento de Mejía Berdeja ha sido casuístico.

Le ayuda, sin duda, el cargo que tiene, la exposición mediática que representa estar cada semana en la conferencia presidencial y, desde luego, la simpatía del propio López Obrador.

Los resultados de su gestión al frente de la subsecretaría que encabeza podrán ser cuestionados y seguramente utilizados por sus rivales internos y externos, pero por lo que se ve, lo que reflejan las encuestas y la movilización que genera cada vez que se presenta en su estado, Mejía Berdeja va en caballo de hacienda.

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La confianza que tiene López Obrador en que su partido mantendrá la presidencia en 2024, lo ha llevado a realizar actos de sarcasmo político que se le podrían revertir.

Ninguna necesidad había de que el jefe del Ejecutivo enlistara a 40 de sus críticos para señalarlos como los posibles “candidatos presidenciales’’ de la oposición.

La acción presidencial solo contribuye a la polarización social, distrae la atención de los problemas graves que enfrenta el país y constituye una flagrante intromisión en la vida interna de los partidos políticos opositores.
La sorna con la que el Presidente presentó esa lista fue interpretada como una orden de ataque de sus huestes a cada uno de los 40 personajes enlistados.

Para colmo, la lista fue presentada en papel membretado; es decir, el oficial, del Gobierno federal.

Se puede criticar de todo a los gobiernos anteriores, de todo y con razón, pero ninguno había exhibido de tal forma a sus críticos, presentados como corderos en el matadero matutino.

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Una jueza detuvo, temporalmente, la reforma aprobada por el Congreso para que la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Ya había un recurso interpuesto por el Movimiento Ciudadano en la Corte, pues muchos legisladores consideran que el cambio de Secretaría requiere de una modificación constitucional y no de leyes secundarias.

A ver.

LEG