El Senado de la República ratificó, con los votos de Morena y sus rémoras, los nombramientos de los integrantes de la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones (CRT), que no es sino una extensión más de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, que podría convertirse en el brazo censor del Gobierno.
La CRT sustituye al Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y entre sus funciones estarán promover la inversión privada y extranjera en infraestructura digital, garantizar la inclusión digital y la cobertura universal, proteger los derechos de usuarios y audiencias “asegurando transparencia y acceso a información’’ y supervisar la innovación tecnológica y la adecuada gestión del espectro radioeléctrico.
En la parte entrecomillada se encuentra el peligro de censura pues dicha Comisión podrá determinar qué información es, de acuerdo a su criterio, cierta o no y si pone en riesgo “los derechos de los usuarios y audiencias’’.
Como tal mandato se deja a la interpretación de los nuevos comisionados, si ellos deciden que alguna información transmitida ya sea por medios digitales, televisión o radio, no se ajustan a la narrativa del gobierno, podrían sancionar a los concesionarios incluso retirándoles dicha concesión.
El riesgo es real, sobre todo si se considera que cuatro de los cinco nuevos comisionados tuvieron una relación laboral directa con el director de la Agencia de Transformación Digital, José Antonio Peña Merino, mejor conocido como “Pepe Merino’’, uno de los preferidos presidenciales y autor de la reforma de telecomunicaciones.
Con mucha anticipación a esta votación, el PAN, el PRI y hasta el Movimiento Ciudadano advirtieron que esta subordinación laboral no garantizaba la imparcialidad de la nueva Comisión pero fueron aplastados por la mayoría morenista y aliados.
De tal suerte que los nuevos comisionados son Ledénika Mackensie Méndez González, María de las Mercedes Olivares Tresgallo, Adán Salazar Garibay, Tania Villa Trápala y Norma Solano Rodríguez.
La senadora del PRI, Karla Guadalupe Toledo Zamora advirtió que estos nombramientos facilitarán la censura, el espionaje y la intervención política en todas las comunicaciones sociales.
“México camina en reversa hacía la modernización digital y el fortalecimiento de la democracia”, dijo.
En tanto que Alejandra Barrales Magdaleno, de MC dijo que cuatro de los cinco comisionados no cumplen con el requisito de independencia al ser subordinados directos de Pepe Merino.
Nada importó.
Los nuevos comisionados podrán ordenar suspender una transmisión en vivo si el contenido no es de su agrado.
Del gobierno, pues.
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De una manera casi silenciosa, el PAN está convocando a una marcha de relanzamiento, el próximo 18 de este mes.
En la convocatoria del evento se hace énfasis en la necesidad de recuperar la esencia del partido, de volver a convertirse en la institución política que fue considerada una auténtica opción de cambio en años pasados.
Suena bien el discurso, sin duda, pero el blanquiazul corre un doble riesgo al convocar a esta marcha y con ese propósito: una, que la convocatoria fracase y la otra, que se le critique por relanzar una imagen sin las reformas de fondo que demandan militantes y simpatizantes.
Con un liderazgo blandengue, representado por Jorge Romero Herrera, más preocupado por que dejen de involucrarlo con el cártel inmobiliario que por mostrarse como una oposición real y responsable, el PAN necesitará más que una marcha para que la gente pueda confiar nuevamente en ellos como opción política.
La marcha saldrá del Monumento a la Revolución al Zócalo, el próximo 18 a las 11:00 horas.
@adriantrejo