La sociedad ha tomado la iniciativa que en otro escenario le correspondería a los partidos políticos de oposición.
La protesta más sonada en contra de la violación a diversas leyes cometida por el presidente López Obrador al revelar los ingresos de Carlos Loret, no se registró en el Senado o la Cámara de Diputados.
Ni la encabezó un líder de la menguada oposición.
Ocurrió el mismo viernes cuando miles de ciudadanos se manifestaron en contra de las revelaciones del Presidente en un espacio virtual.
Las otrora benditas redes sociales no lo son más desde hace un buen tiempo.
López Obrador y sus seguidores dominaron los dos primeros años el debate en las redes sociales, principalmente Twitter, pero el último año de su Gobierno un amplio sector de la sociedad utiliza esos mismos canales para manifestar su descontento.
El Presidente y sus seguidores minimizaron el hecho de que el viernes pasado se hayan sumado, en diversos momentos, más de 260,000 ciudadanos al debate convocado en el Space de Twitter, cuando en otros tiempos festejaban incluso tendencias en las que participaban 10,000 personas.
Ayer la funcionaria encargada de “desmentir’’ las notas que cuestionan al Presidente, se valió del recurso fácil de recurrir a tres capturas de pantalla de un usuario de Twitter cuyo análisis “demostró’’ que la convocatoria al evento del viernes había sido coordinada desde un país árabe.
Qué hubo granjas de bots, pues.
Las redes que encumbraron el movimiento lopezobradorista ahora reclaman la falta de resultados y los presuntos hechos de corrupción del hijo mayor del Presidente.
Tan solo el martes pasado, la misma red del ave azul registró 4 tendencias entre las 10 primeras del país en contra de las últimas declaraciones presidenciales.
Pero es la sociedad porque los partidos políticos de oposición no han podido capitalizar el creciente desencanto por los magros resultados de la actual administración en casi todos los rubros.
Proporciones guardadas, lo ocurrido el viernes tuvo alguna correspondencia con los hechos ocurridos en la campaña de Enrique Peña por la Presidencia, cuando tuvo que esconderse en unos baños de la Universidad Iberoamericana.
De allí surgió el movimiento “Somos 132’’, que lamentablemente tuvo una efímera existencia ya que sus cabezas visibles, entre ellos Antonio Atollini, terminaron copados por partidos y medios.
La notable participación ciudadana en el Space del viernes pasado dejó calientito el ambiente para que la siguiente protesta ya no sea solo virtual, sino presencial.
Ahí no se podrá cuestionar la participación de bots.
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Entre tanto ruido mediático pasó de noche el acuerdo al que llegaron los presidentes del PRI, PAN y lo que queda del PRD para llevar un candidato presidencial común.
Si bien es cierto que hasta ahora la oposición se encuentra desdibujada, la promesa de los líderes de los tres partidos es construir a un candidato o candidata, en los próximos meses, para tratar de hacer frente a la candidata/o de Morena.
No se ve, en el escenario, quiénes podrían ser los precandidatos.
Parece que la apuesta tendría que ser por un ciudadano o ciudadana sin militancia partidista pero suficientemente convencido de los programas de acción de los tres institutos.
Y no, no será Lorenzo Córdova.
¿Usted en quién piensa?
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El Partido Movimiento Ciudadano dejó para el próximo sábado la decisión sobre sus candidatos a gobernador de Quintana Roo y Durango.
Por cuestiones de género, se decidió que en el primero fuera un hombre y en el segundo una mujer.
¿Acaso habrá cambalache y se están poniendo de acuerdo?
LEG