¿Qué tanto pegará en el ánimo de los diputados que se oponen a la reforma electoral en los términos que planteé el Gobierno, la encuesta ordenada por el INE?
Como se sabe, hace dos días se dieron a conocer los resultados de una encuesta sobre la reforma electoral que planteó el presidente López Obrador.
En síntesis, la mayoría de los 400 entrevistados vía telefónica opinaron a favor de la transformación del INE, de reducir los sueldos de los consejeros electorales y que tanto estos como los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sean electos y no propuestos por los partidos políticos.
Es decir, que esa encuesta fue como un tiro en el pie para el INE, por mucho que ahora se trate de justificar los resultados.
Tanto el PRI como el PAN, lo que queda del PRD y Movimiento Ciudadano se han manifestado totalmente en contra de dicha reforma.
Los primeros tres partidos incluso revivirán (o revivirían) la alianza que quedó “en pausa’’ cuando el PRI propuso y avaló la extensión de la labor del Ejército en tareas de seguridad pública hasta 2028.
Pese a esta oposición -al menos en el discurso-, el PRI se ha sentado a negociar una reforma light, que tocaría algunos temas de interés común con Morena, pero que no tocaría la autonomía del órgano electoral.
El PAN ni siquiera se encuentra en la mesa de negociación, como tampoco el PRD y el MC.
Sin embargo, a la luz de los resultados de esta encuesta, algunos legisladores que antes se oponían ferozmente a tocar al INE, parece que comienzan a dudar si están en el lado correcto de la historia.
Los resultados de esta encuesta han sido utilizados por Morena y el propio López Obrador como la autorización del pueblo bueno y sabio para aprobar su iniciativa, a todas luces regresiva en muchos sentidos.
Pero la iniciativa, que se trata de una modificación constitucional, no podría ser aprobada sin los votos del PRI.
Su dirigente, Alejandro Moreno, ha declarado en más de una docena de conferencias que la reforma que condena al INE a su desaparición no contará con los votos del tricolor, que será rechazada.
Los ojos de la población que se opone a dicha iniciativa están puestos en el tricolor.
El PRI no debe “pandearse’’ en este lance, pues la alianza con el PAN y el resto del PRD para 2024 depende del cumplimiento de su palabra.
¿Jala o se pandea?
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Rosario Piedra Ibarra, presidenta de lo que alguna vez fue la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), comparecerá ante senadores en una fecha que está por definirse.
Piedra Ibarra fue electa por la mayoría de Morena y sus aliados en el Senado, en una votación y proceso duramente cuestionado por la oposición.
Ahora, después del pobre papel que ha desempeñado al frente de la otrora respetable institución, no se sabe si contará con el mismo respaldo interno que la llevó a la oposición que ostenta.
La titular de la CNDH acusó ayer en un comunicado que existe una campaña en su contra y para “desviar’’ el rumbo de la Comisión; que su recomendación al INE no invadió el ámbito electoral y que solo defiende el derecho humano a la democracia.
Si hubo alguien que le creyera, por lo menos lo hizo público.
LEG