Como ha sido su costumbre, el presidente López Obrador se involucró en la campaña para gobernador, pero ahora en el Estado de México, pese a las restricciones legales.
López Obrador hizo ayer el mejor acto de campaña a favor de Delfina Gómez al ponderar su “origen humilde, hija de un albañil, sigue viviendo en la misma casa, funcionaria ejemplar’’, etcétera.
Desde luego que para el Presidente el hecho de que el Tribunal Electoral haya determinado que su delfina se hizo ilegalmente del 10% de los sueldos de los más de 500 trabajadores de Texcoco durante tres años cuando fue presidenta municipal es “peccata minuta’’.
Es más, no existió.
La exaltación que hizo el Presidente de su candidata a la gubernatura del Estado de México será el guión que se seguirá puntualmente durante los próximos meses: contrastar el origen humilde de Delfina Gómez con el de la candidata del PRI, Alejandra del Moral, cuya comunicación ha sido notablemente ineficiente.
¿Con cuáles argumentos contrastará o responderá la candidata aliancista a la narrativa que ayer impuso el Presidente?
Desde luego no será con su lema de “valiente’’, que no dice nada a los electores -que, como comentó un priista conocedor de las prácticas del tricolor- quienes son los auténticos valientes al subirse a una pesera o microbús diariamente en cualquier zona de la entidad, sobre todo en el oriente.
Del Moral tendrá que variar su estrategia irremediablemente; es una priista que debe convencer no solo a los morenistas sino a los panistas y perredistas que apoyaron su candidatura.
Y no se trata solo de negociar posiciones para las dirigencias locales de los tres partidos, sino de mover a la estructura de estos para que salgan a las calles.
¿Qué incentivos tienen las militancias de los tres partidos para movilizarse si hasta ahora los acuerdos cupulares no han aterrizado?
Mientras Morena comenzó ya su operación política, sobre todo en los municipios del oriente del estado, en donde se concentra su clientela electoral, a la candidata aliancista y su equipo parece que el clima invernal no les sienta bien.
Que les dio frío, pues.
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Después del sainete del martes protagonizado por el senador Miguel Osorio Chong, que abandonó la reunión plenaria del grupo parlamentario en cuanto llegó el presidente del partido, Alejandro Moreno, el mismo hidalguense propuso una tregua.
No es un secreto las diferencias aparentemente irreconciliables entre Osorio y Moreno, que han causado molestia entre los senadores tricolores.
Quizá Osorio cayó en la cuenta de que el que más perdió el martes, no solo en imagen sino políticamente, fue él, por lo que propuso una reunión con el campechano para dirimir sus diferencias.
Moreno respondió que sí, pero no será un encuentro solo entre los dos, cara a cara, sino una reunión con todo el grupo -12 senadores-, la próxima semana, con la finalidad de afinar los temas que le interesan al partido.
Quién sabe si esa era la idea de Osorio -una plenaria bis-, o quería un café de manera individual con Moreno, pero la cita está agendada.
A ver.
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Claramente, la corcholata favorita del Presidente, Claudia Sheinbaum, está en un relanzamiento de su pre pre pre pre campaña presidencial, abollada notablemente por los accidentes en el Metro.
La jefa de Gobierno se arriesgó en una entrevista -es un decir-, con el influencer de moda, el Escorpión Dorado, en un intento casi desesperado por conectar con los jóvenes, que serán los que marcarán la diferencia en el 2024 con sus votos.
¿Lo consiguió? Usted decida.
LEG
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