Nadie quisiera estar en estos momentos en los zapatos de los magistrados electorales.
Las huestes de Morena los han colocado en la mira: por una parte, comenzaron en redes sociales una convocatoria para presionar a la declaratoria de la validez de la elección “lo más pronto posible’’.
Y por otra parte, sentirán la presión del nuevo aparato para que falle a su favor en el tema de la multa impuesta por el INE al partido de López Obrador por haber utilizado en sus campañas dinero de un fideicomiso supuestamente para beneficiar a damnificados de los sismos de septiembre pasado.
Suponemos que los muchachos que encabeza Janine Otálora son suficientemente profesionales y maduros para no dejarse intimidar por las huestes morenistas, que en redes sociales son bastante agresivas.
Y que en ese entendido, no habrá presión que haga mella en su ánimo a la hora de decidir si procede o no la multa de 197 millones de pesos que le impuso el INE a Morena; sobre la calificación anticipada, que le exige el mismo López Obrador -¿cuál es la prisa?-, habrá que ver cuáles son los argumentos a favor de la petición.
El asunto ya no está en el INE –que luego de ser felicitado incluso por los perdedores de la elección-, volvió, por obra y gracia de López Obrador, a formar parte de sus enemigos que están complotando para descalificarlo.
El tema de fondo no es el dinero, sino la confirmación, si así lo decide el Tribunal, que con la caja de caudales abierta, hasta el más santo peca.
Dicho de otro modo, que es más de lo mismo.
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¿Qué tan seria será la renovación del PRI? Estamos a días de conocer el principio.
Sucede que el próximo miércoles, el Consejo Político de la Confederación Nacional Campesina (CNC) sesionará de manera extraordinaria para elegir al Comité que organizará la elección del próximo dirigente para el periodo 2018-2022.
Actualmente, el ex gobernador de Durango, senador y próximo diputado federal, Ismael Hernández Deras, funge como encargado de despacho, y parece que quiere competir por el cargo para otros cuatro años.
Pero ya enfrenta una fuerte oposición interna.
Y es que el llamado sector campesino del PRI, que llegó a tener 80 diputados federales, en la próxima legislatura sólo tendrá dos: Hernández Deras y ¡su hija! Gabriela Hernández López.
No vaya a creer que es nepotismo, pura suerte.
A ver qué tan de verdad es el comienzo de la renovación del PRI.
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Conforme se acerca la fecha en la que los nuevos diputados y senadores rindan protesta, comienza a revivir nuevamente la petición entre priistas para que el ex dirigente Enrique Ochoa Reza renuncie a la diputación federal que obtuvo por la vía plurinominal.
Los malquerientes de Ochoa aseguran que en buena medida la debacle del PRI el 1 de julio pasado se debió a su pésimo manejo del partido, a su desconocimiento de los liderazgos regionales y a su soberbia que le impidió escuchar a los militantes más experimentados en campañas presidenciales.
Como sea, Ochoa no aparece en público desde que fue sustituido por René Juárez –que ya declaró que quiere la coordinación de la bancada más flaca que ha tenido el PRI en su historia- y no se conoce que quiera renunciar a la diputación que, dicen sus detractores, no se merece.