Tres horas de charla aderezadas con chilaquiles verdes o rojos, café y jugo sirvieron para que Andrés Manuel López Obrador y “esa minoría rapaz’’, como llamó a los integrantes del Consejo Mexicano de Negocios, hicieran las paces.

Lo rescatable de la reunión fue el cambio del discurso de López Obrador, quien reconoció que el desarrollo del país no puede impulsarse sin la participación de la inversión privada.

Trabajaremos juntos, si el pueblo me hace Presidente’’, dijo.

Lo mismo declaró el CMN en un boletín posterior a la reunión.

Necesitamos un Gobierno que facilite el quehacer productivo y garantice condiciones mínimas de legalidad, justicia, paz y oportunidades para mejorar la calidad de vida de todos los mexicanos”.

Y si López Obrador les dijo lo que querían oír, los empresarios también hicieron lo propio.

Ya no reiteraron el llamado a sus trabajadores a votar por una oferta política que ponga en riesgo sus empleos.

Sólo convocaron a los electores “a comparar las propuestas de los candidatos y ejercer su derecho a un voto libre e informado’’.

Y fin del primer round.

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El 14 de mayo pasado se dieron a conocer unas grabaciones en las que el candidato del PAN a la presidencia municipal de la ciudad de Campeche, Eliseo Fernández Montúfar, proponía un plan a un empresario no identificado con el fin de utilizar los recursos municipales para el pago de favores políticos, si ganaba la elección.

Fernández, en la grabación, hablaba de los campechanos con desdén e insultos, pero proyectaba hacerse de la candidatura a la gubernatura con el apoyo de políticos de Quintana Roo y Yucatán.

El escándalo no se hizo esperar, y Fernández negó, desde luego, que fuera su voz, aunque después dijo que sí era, pero que la grabación estaba editada.

En virtud del cochinero, el Consejo Coordinador Empresarial delegación Campeche, que preside Gustavo Rodríguez, solicitó al Centro de Estudios Forenses el análisis de la grabación.

El resultado fue que efectivamente es Fernández Montúfar el que habla y que la grabación no está editada, ni superpuesta ni alterada.

Es decir, que al avorazado panista le cayeron en la maroma, a pesar de sus discursos de honestidad y transparencia.

Por eso les va como les va.

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Armando Ríos Piter, el Jaguar, la más reciente adquisición del equipo de José Antonio Meade, subió en sus redes sociales una opinión sobre las encuestas publicadas recientemente en las que colocan a López Obrador por arriba de 50% de las preferencias electorales.

El guerrerense afirma que un análisis más detallado de esas mismas mediciones arrojan datos diferentes.

La última medición de un diario especializado en finanzas anuncia en forma destacada que AMLO alcanzó 50% de intención del voto.

Sin embargo, si se analizan los datos en forma más detallada, los resultados son muy diferentes: la tasa de rechazo alcanza 47%, es decir, que hay un voto oculto de los electores muy alto. Y aquí está lo interesante, pue resulta que si algo caracteriza al sufragio de AMLO es que no tienen voto oculto, por lo que estos sufragios serán para Meade o Anaya’’, precisó.

La misma medición revela que los votantes indecisos han crecido hasta 28%.

Que no lo confundan o lo asusten. Esto no se acaba… hasta que se acaba’’, concluye.

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