Adrian Trejo

¿Cuántos representantes de la sociedad civil están dispuestos a recorrer las calles de México, en campaña, para acceder a una diputación, una presidencia municipal, una regiduría o una senaduría?

A partir del anuncio de la alianza Va Por México diversas organizaciones de la sociedad civil manifestaron su respaldo, pero también su inconformidad porque no fueron invitados al evento en el que se formalizó la sociedad.

Estas organizaciones civiles, que llevan ya algunos años con presencia en actividades políticas, reclaman un pedazo del pastel de la alianza política.

“Sin la sociedad civil’’, apunta Gustavo de Hoyos, expresidente de la Coparmex, “a la oposición no le alcanzará para ganar’’

Puede que tenga razón, pero históricamente, quienes han participado en estas ONG’s lo que reclaman son candidaturas plurinominales, es decir, un lugar en las listas al Senado o la Cámara de Diputados, lo que les ahorra el esfuerzo y gasto de una campaña, por modesta que sea.

De Hoyos, que ha sido uno de los representantes empresariales más activos políticamente en los últimos años, acepta que esto sucede, pero también pone como ejemplo que, en la zona metropolitana de Guadalajara, 4 de los 6 diputados locales del Movimiento Ciudadano son empresarios reconocidos que hicieron campaña.

Garbanzos de a libra, porque en su mayoría, personalidades que encabezan las ONG’s prefieren ahorrarse el trámite -y el dinero- de una campaña.

Con la alianza opositora se abre la posibilidad de que las organizaciones de carácter ciudadano por fin incidan en un programa de acción política y también para ocupar lugares.

Pero estos serán mínimos a juzgar por las presiones que tienen los partidos políticos.

Tanto PRI, PAN y PRD, deberán equilibrar el reparto de posiciones, por ejemplo, en los 300 distritos electorales.

Por lo menos en 100, el candidato seguro será del PRI, unos 120 del PAN, quizá 20 al PRD y el resto se repartirá en común acuerdo de la triada.

Habrá más posiciones políticas en juego, muchas más; el meollo del asunto es cómo harán los partidos de Va por México para elaborar un método de selección de candidatos en el que no se sientan excluidos los representantes de las organizaciones que apoyan esta sociedad política.

Hay un acuerdo en principio de impulsar una elección primaria para los casos de gobernador y de Presidente de la República, pero nada más.

¿Cómo se definirán los candidatos a diputados locales o presidentes municipales, o diputados federales cuya votación es fundamental para ganar la presidencia?

Las ONG’s tienen derecho a participar, no es una concesión, pero sus dirigentes deberán de polvearse los zapatos un poco si quieren contribuir más, que con el discurso, a la transición del poder.

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Dado el embrollo jurídico en el que se metió la UNAM al asumir que su normatividad no permite retirar, desconocer o eliminar el título de licenciatura de la ministra Yasmín Esquivel, solo un recurso podría dejarla fuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación: el juicio político.

Ayer el senador Germán Martínez oficializó en San Lázaro la petición que, cómo se ve el asunto, no prosperará en la actual Legislatura.

Y no pasará porque Morena tiene la mayoría no solo en el pleno sino en la sección instructora que deberá dictaminar la procedencia de la petición.

Así que el asunto va para largo; a menos, claro, que la UNAM rectifique su posición inicial, lo que daría pie a un largo juicio.

LEG